4. Violines y ollas

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Me entrego al vino porque el mundo me hizo así,

No puedo cambiar. 

Soy el remedio sin receta 

Y tu amor, mi enfermedad 

(Mi enfermedad - Los Rodríguez)

Bogotá, 2014.

Agosto.

Salto en un solo pie para tratar de quitarme la bota derecha, pero mis niveles de alcohol en la sangre me complican estar erguida sobre los dos pies, así que no hablemos de uno solo.

Me tambaleo de forma precaria hacia lo que seguramente sería una muerte trágica, pero soy rescatada por un par de manos fuertes. Choco contra el pecho desnudo de un hombre por dos segundos antes de lograr volver a sostenerme sobre mis pies.

Ya que está ahí tan oportunamente, me sostengo de su brazo para finalmente sacar la bota de mi pie, sin sobresaltarme demasiado por su presencia porque no es inusual que pase la noche aquí últimamente.

Por fin descalza, lo rodeo para entrar a la cocina sin saludarlo siquiera.

Dejo caer las botas al suelo antes de inclinarme hacia la nevera.

- ¿Está bien? – Me pregunta Villa.

Levanto la vista y lo miro por encima de la puerta de la nevera.

Tiene el pelo revuelto, un chupetón en el cuello y va vestido únicamente con unos jeans oscuros.

Me distraigo un segundo mirando las pecas en sus hombros desnudos.

Gruño.

- Si. Bien. Solo borracha – Le hago un gesto de desinterés con la mano mientras saco un contenedor de comida china de ayer.

Lo meto al microondas mientras él me mira con curiosidad.

- ¿Qué? – Le pregunto a la defensiva, porque su mirada me está poniendo nerviosa

- Nada. No sabía que tenía un tatuaje – Contesta, aunque su sonrisita burlona me dice que no es por eso por lo que está mirándome así.

Tengo puesto un body sin espalda, así que puede ver el tatuaje de las efes de un violín en mi cintura baja.

Me hago a un lado para que pueda acceder a la nevera, que me imagino que es a lo que venía y lo observo mientras se sirve un vaso de agua. Cuando levanta el brazo para llevarse el vaso a los labios, veo el juego de arañazos que le atraviesa el omoplato.

- No me jodas – Murmuro

- ¿Qué pasa?

- ¿Por qué el sexo parece tan satisfactorio y genial para todo el mundo? Llevo 3 meses escuchando los "no pares, Villa" de Jen todos los fines de semana, y ahora te apareces aquí todo chupeteado y arañado, así que obviamente lo estás disfrutando, y yo acabo de rodar fuera de la cama de un tipo y solo me siento usada y sucia. ¿Qué está mal conmigo, hombre?

El microondas pita justo en ese momento, así que me vuelvo hacia mi comida sin esperar respuesta.

La caja se calentó y me quema un poco los dedos, así que la dejo caer torpemente en un plato y saco una cuchara del cubertero. Luego, paso junto a él para salir de la cocina y me dirijo a la sala, donde me dejo caer sobre el sofá y procedo a comer.

Domingo » Juan Pablo Villamil (Morat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora