31. ¿Puedo dormir contigo?

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Te comportas de acuerdo

Con lo que te dicta cada momento

Y esa inconstancia no es algo heroico

Es más bien algo enfermo

No quiero soñar mil veces

Las mismas cosas

Ni contemplarlas sabiamente

Quiero que me trates suavemente...

(Trátame suavemente - Soda Stereo)

Día 13

Debido a mi resultado positivo, 14 días más de confinamiento se sumaron al plazo inicial, y ahora estaremos encerrados por un total de 28 días.

Ya que todo el mundo está detenido, no parece algo tan dramático, excepto que todos estamos enfermos de ganas de ver a nuestras familias.

4 días después de mi primera noche de fiebre dramática, todavía sigo con algo de desaliento y dolores de cabeza episódicos, pero es bastante seguro que viviré. Sin embargo, Isa tiene síntomas desde anoche, y en su caso si incluyen tos y dificultad para respirar, lo que es algo alarmante.

Simón tiene una gripa que parece bastante corriente, pero ya nada nos parece casual o producto del azar en este punto. Por alguna injusta razón, Pick y Marto están frescos como lechugas.

Para ser precisos, son las 9:30 de la mañana cuando salgo medio dormido de tomarles la temperatura a Isa y a Moncho y darles sus pastillas a cada uno, y el odioso destino me hace escuchar el sonido de risas y golpes que provienen del patio de atrás de la casa Isaza. Curioso, sigo el sonido, y luego recuerdo por qué dicen que la curiosidad mató al gato.

Pick y Marto, ambos bastante dependientes de la actividad física, estaban a punto de subirse por las paredes, así que han decidido entrenar juntos en las mañanas. Actualmente, se encuentran en medio de una sesión de kick boxing bastante ruda, lo que sería divertido de ver ya que ella le está pateando el culo a él, pero también resulta desafortunadamente sexy.

Lleva el pelo recogido en dos trenzas y está vestida con un top deportivo y un short negro de lycra ajustado y minúsculo y...Mmm. Lanza un gancho bastante elegante en dirección a Marto, y él lo esquiva con su antebrazo. El movimiento la hace girar y veo el sudor bajando por su espalda, y ese tatuaje que adoro parece burlarse de mí.

Se supone que estoy convaleciente. ¿Por qué mi deseo por ella es lo único que no se apaga?

No puedo ver esto sin hacer combustión, así que huyo a la cocina a buscar consuelo en la comida.

Pongo la cafetera y me pongo a mordisquear un croissant viejo en la barra de la cocina. Mis labores de enfermero me han mantenido despierto hasta horas impías, así que más o menos empiezo a quedarme dormido mientras mastico.

- ¿Qué haces? – Me pregunta la voz de Pick

Doy un respingo que casi me hace caer de la silla mientras la veo entrar a la cocina y sacar una botella de agua de la nevera.

No le respondo nada. Solo la miro descaradamente.

Dejo que mis ojos suban por todo el largo de esas piernas tonificadas de corredora, y luego recorran ese abdomen plano y bronceado. Me distraigo en la curva de sus senos y subo con toda la calma hacia su rostro, deteniéndome en esos labios sensuales hasta llegar a sus ojos, que me miran con una pizca de diversión.

Domingo » Juan Pablo Villamil (Morat)Where stories live. Discover now