Capitulo 5

731 37 0
                                    

Ela:
A lo mejor, las estrellas también piden deseos al vernos caer.

Lo peor que podría haber hecho mi hermana es, no confiar tanto en mi hasta el hecho de no haberme contado algo tan importante como la locura que acababa de decirme. Esta es una de las millones de razones que nunca entiendo a mi hermana, ¡de que matrimonio estaba hablando! ¡Estamos locos o que!, acabo de llegar a Nueva York, ni he descansado, un estupido me roba el taxi, otro me envuelve enterra de barro, me he cortado con un cristal, la mano me esta matando de dolor, hace menos de media hora estaba a punto de darme un colapso nervioso por culpa de... unas fotos del pasado y ya no puedo con más, solo quiero algo simple un abrazo sincero de ella, en donde me acurruque en ella de manera bondadosa sin pensar en nada más.

Sin embargo, eso nunca pasará siempre hay algo detrás de su supuesto cariño, lo digo porque la conozco y se como es y hasta que punto puede llegar.

Sus ojos tan abiertos mirándome detenidamente mientras esperaba una respuesta de mi, daban menos esperanza de la que me gustaría tener. Sin hablar de como alzaba las cejas esperando que me alegrara y gritara de emoción, así ¡de la nada!, obvio no.

—Cuando te encuentres bien hablamos—añadi de la forma más sosa posible mientras me giraba sobre mi lugar para no exagerar que el dolor de la mano estaba empezando a dolerme demasiado y tenía que hacer algo. Aunque en parte, la respuesta que le di, era la que quería darle, cuando este bien hablaremos, porque esto, para nada es una sorpresa.

—¡Ela!—elevo un poco el tono de manera quisquillosa muy descontenta ante mi respuesta—escúchame—. No lo malinterpretes por favor—trató de hacerme entender que no me lo escondió a propósito

—Da igual, no te malinterpretó , si es normal, ya estoy acostumbrada a que no me cuentes nada—cabizbaja me dirigi a mi cuarto—buenas noches—añadí cerrando la puerta detrás de ello, mi conciencia otra vez me hacía pasar por un mal momento, ¿será que mis palabras han molestado a mi hermana?, si es así, lo siento pero no puedo fingir alegrarme, bastante ya tengo con fingir estar alegre y bien este próximo curso con gente pija y seguirles el puto rollo aunque a decir verdad, a quien quiero engañar, eso no me lo creo ni yo.

El que me busque me va a encontrar, así de simple.

Entrando al baño nada más alejar mis pensamientos, abri el grifo rápidamente ya que el dolor me estaba sacando de quicio, la sangre descendía por todas partes y se podía notar que la herida era bastante grande, ¡como he podido hacerme esto a mi misma! En que estaba pensando, ¡enserio he llegado hasta el punto de querer auto destruirme poco a poco! Hasta este punto y a saber que más falta.

Al segundo, de mis ojos descendían lágrimas incontrolables no se porque, pero me apetecía llorar, joder, no estaba bien ¡vale! De ningún modo solo necesito paz eso es todo quiero estar sola, no necesito a nadie, ni siquiera a mi hermana ¡de que me va a servir ella si nunca estuvo enserio para mi.

Secándome la mano con la toalla me envolví la mano con una banda del botiquín de emergencia que había en el baño, tras terminar me fije en mi misma por un segundo en el espejo, mi aspecto llorando era horrible, siempre lo era pero llorar es la única manera de sacar lo que mi corazón tiene bien escondido para el solo ya que las lágrimas lo ayudan un poco abrirse en cosas como las fotos, recuerdos, conversaciones familiares y todo lo que quise ser y no fui.

Saliendo del baño entre al mini balcón que tenía la habitación, la calle estaba vacía, no había ni un ser humano a estas horas de la noche, todo estaba tan tranquilo que solo se escuchaba el cantar de los grillos en pleno verano y la suave brisa nocturna del viento.

Las luces del amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora