Capitulo 40

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Austin:

Unas horas antes, en el almacén...

Mi padre, Robert y aquellos hombres trajeados, me guiaron hacia el interior de una sala dentro de aquel almacén. Estaba todo oscuro en el entorno con un par de sofas viejos que parecían llevar años ahí. Todo me parecía confuso sobre todo ahora de que mi padre ha salido de la nada, con la historia de los Muller.

—Cierra la puerta Davis—le informo mi padre a uno de los hombres presentes en la sala. Este asintió y lo hizo. Tras ello, noté que el ambiente en la habitación estaba algo tenso, no sabía a qué me la estaba jugando, pero la cosa no parecía estar bien.

—Bueno Austin—introdujo Robert mirando a mi padre—. Iremos directos al grano.

Asentí curioso con la cabeza a espera de las maravillosas ordenes de John Hudges.

—Tienes que dejarte capturar por la policia, en otras palabras que te arresten—añade mi padre

Lo miré incredulo ante esa petición y no pude evitar no echarme a reír. Si claro, de paso cometo un asesinato.

—No, ya lo que faltaba, ¿como que dejarme arrestar? ¿Y eso para que?—continué riendome aunque me detuve al darme cuenta de que ninguno se lo estaba tomando de risa igual que yo.—Haber, haber, ¿hablais enserio?

—Así es—asegura mi padre—. Por las calles de Nueva York practicamente en la salida de la ciudad, habrá muchos controles policiales, porque se ha difundido el rumor de que hay mucha actividad de traspaso de drogas, tu aprovecharas la situación, improvisaras y tendras que dejar que te capturen, lo importante es que acabes entre rejas.

Definitivamente esta gente esta más loca de lo que pensaba.

—Ya claro, de paso mato a alguien y entro sin salir. ¡estais escuchando lo que deciis¡, que clase de locura es esa—comencé a volverme loco al elevar mi tono demasiado.

—Es la unica forma Austin, hay alguien entre la policia que sabe más de la cuenta, necesitamos saber si tiene  algo que ver con los Muller o no. Tenemos que saber quién es,lo más seguro es que tenga que ver con el tiroteo que sucedió en tu bar aquel día cuando saliste disparado hijo. Esto no es una broma, aquí hay muchas personas que quieren guerra pero atacan por las espaldas. Debes hacerlo. Los Muller habrás oído hablar de ellos son una gran familia prestigiosa pero que me la tienen jurada. En el pasado tuvimos muchos conflictos y digamos que por mi culpa perdieron grandes negocios y acuerdos que estaban a punto de hacer porque yo se los arrebate. Sin embargo, creo que ahora intentan quitarnos todo e incluso destruirnos. He estado fuera del país, tratando de mantener todos los acuerdos con grandes empresas automovilísticas al tacto sin poder romper los acuerdos hasta nuevo aviso.

Suspire agonico.

—No se que de que diantres me estas hablando con esto que me estas soltando ahora mismo pero, si has tenido que llegar hasta este punto y no hay solución, te ayudaré pero solamente lo haré por lo que queda de esta familia en principal mi madre no lo estoy haciendo por ti que quede claro. He oído hablar mucho de estos Muller cuando estaba en Irlanda y a mi tampoco me gustaron para nada hay muchos de sus hombres hay que se entrometían en mi vida cuando no debían.—Los Muller era una de las familias más prestigiosas aqui en Estados Unidos después de los Jones y nosotros. Dirigían muchísimos negocios alrededor del mundo. Sin embargo nunca me calló bien este apellido. Y si ahora se están entrometiendo en donde no deben, deberán pagar las consecuencias—de acuerdo, iré. Pero tal y como acordaste, nadie de la familia debe saber nada, ya que me elegiste a mi como cooperador en esto..., lo haremos juntos—noté una pequeña sonrisa en el rostro de mi padre, pero no quise prestarle tanta atención.

Las luces del amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora