Capitulo 9

513 21 3
                                    

Ela:
Y pensar que una vez pensé ¿que pasaría sí nunca hubiese sido así sino de otro modo?. Sin embargo, a pesar de pensarlo, nunca obtuve respuesta.

Se lo tenía merecido, punto.

Me da igual lo que piense, como si quiere lanzarse por un puente, amenazarme a muerte o incluso alguna otra locura, pero ¡se lo estaba buscando el solo!. Se piensa que por haberme hecho pasar por aquella humillación y rato incómodo en el restaurante tras tirarme al suelo y pasar de mi, se lo iba a perdonar, pues obvio no. ¡Que estamos locos!.

La verdad es que tuve bastante suerte al asomarme de mi balcón y ver su cutre deportivo muy cerca de casa, al principio pensé que no era suyo pero al fijarme bien me di cuenta que si y es ahí cuando se me ocurrió la idea loca de coger un cuchillo, bajar a rallarlo y como regalo, desinflarle una rueda.

Estará muy contento con mi regalo seguramente.

Vale, se que me he pasado un poco demasiado, pero lo hecho hecho esta además no tengo porque sentirme mal en ningún momento, el ha empezado todo esto y es el, el quien se le ocurre aparcar su coche muy cerca de mi vista así que, no he podido evitarlo.

Viendo detenidamente como este estaba desesperado yendo y viniendo al lado de su coche, me parecía bastante gracioso en parte y me daban unas ganas de salir y restregárselo todo a la cara, pero sabía que si lo hacía, me estaría pasando tres pueblos así que me quede en un banco algo alejado y bien escondido de la zona de aparcamiento. Pude escuchar su forma de amenazarme con ese constante palabreo suyo así que no pude evitar no imitarlo de mala manera.

Un pequeño silencio se formo después de que este se callara de tanto griterío y amenazas, me fije que estaba viendo el parabrisas entonces supuse que había encontrado esa cartita, tan bonita, que le había dejado.
Vi como la abría y la observo detenidamente dandole la vuelta por ambas partes y luego partiéndola en pedazos, no se porque pero su actitud ante todo era bastante normal, haber si, se ha puesto a gritar al ver su coche, insultarme y todo, pero no se me esperaba más, no se porque pero de repente me sentía intranquila, mi corazón golpeaba muy rápido, tal y como lo hace cuando entro en ansiedad.

Los segundos iban pasando en ese abrumador e incómodo silencio a medida que esperaba a que este se fuese de ahí o algo para ir a casa porque si mi hermana llega y no me encuentra, se lia pero bien.

Aunque pensándolo dos veces, mi hermana a estas horas no vendrá sobre todo estando con Jacob Hudges, ah ese novio suyo, ¡que suerte tienen algunas!
Pensé mientras miraba de mala gana al Austin, este que fijaba esos ojos suyos en el móvil mientras una de esas sonrisas malignas de su rostro salía por si sola, de la nada levanto la mirada poniéndola en mi dirección en ese entonces sentí la tensión de estar al borde de la muerte.

Por un momento creí que me había visto he iba a saltar con su insoportable griterío y tal. Aunque me percaté de que se estaba fijando en un coche que se aproximaba un Audi R8, y resulta que... ¡era el mismo que el del loco ese del taxi!

Ante tal sorpresa me acerque un poco más para ver mejor si estaba soñando o es que estos dos, se conocían.

Sin embargo, resultó ser cierto, ya que el loco del taxi bajó de su auto y camino hacía el, su vestimenta era bastante diferente a la de ayer, se notaba que era otro pijo rico con esos jeans rotos azules una camiseta negra básica pero se nota que era de marca combinados con unas Nikes blancas.

Su mirada se fijo en el engreído, el cual al momento estallo en más gritos en mi contra a medida que yo me contenía para no salir a darle un pedazo de espectáculo que iba a acabar peor que el que ya le había hecho, tras una pequeña conversación la cuál no pude escuchar vi como ambos se subieron al Audi del que acababa de llegar y desaparecieron del barrio totalmente dejando un coche de más de cien mil dólares ahí tirado en la nada.

Las luces del amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora