Capítulo 8

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Austin:

No todas las personas pueden ver la luz de la oscuridad que existe en el dolor de una persona ajena.

Después de dejar a esa necia tirada en el suelo, me fui adentro dejándola con la furia en el aire, ya que podía sentir como estaba a punto de fusilarme tras el acto que hice, pero que iba a hacer ¡se lo merecía! y además, acabo de empezar por lo tanto aún falta mucho.

Entrando al restaurante que mi hermano me obligo a venir, me di la vuelta por un segundo y no pude evitar no reírme, parecía una de esas que viven en las calles pero con un vestido elegante y ojos bonitos, ya que la forma en la que caminaba con una sandalia en la mano me parecía bastante cómico, dejándola a su rollo, caminé hacia dentro, donde unas chicas que estaban ahí me sonrieron y no pude evitar no hacerlo también, se notaba que les daba ganas pero no estaba para ellas en este momento así que me puse serio y seguí mi camino. Aunque, en el momento, me detuve, dándome la vuelta, retrocedí sobre mis pasos, pero no para esas chicas que ansiaban por hablarme sino porque se me había ocurrido una idea.

Saliendo del restaurante tras dos llamadas perdidas de mi hermano, y un montón de mensajes preguntándome donde estaba, pase de esto y decidí seguir a la necia ojitos verdes, se le veía caminando por la carretera con una sandalia de plata en la mano y otra agarrando el vestido, me pareció curioso como una chica tan poco atractiva y según lo que entiendo, de poco rendimiento económico llevé algo de ese estilo, no estoy juzgando a nadie.

Pero a ella sí.

Así que decidí actuar, saque el móvil del traje que llevaba y encendí la cámara, la grabe con esas pintas a medida que hablaba y caminaba como una loca sin hogar, mientras lo hacía no podía evitar no reírme aunque hubo un momento en el que casi me atrapaba pero no lo hizo ya que no me vio, después de eso, me asegure de guardar el móvil y tras mirarla por ultima vez mientras se subía en un taxi regrese al restaurante.

Ya se lo dije, no estará tranquila mientras este yo. Pensé al verla en un estado cansada , ella quiere guerra entonces es lo que le estoy dando.

Aunque en parte, no se porque pero quiero más que guerra con ella, es muy similar a Elena en todas sus actitudes y quiero, quiero saciar mi odio en ella a pesar de que no sea Elena pero quiero hacerlo.

  Dando media vuelta regresé al restaurante, ahí estaban mi hermano y su novia, la cual según recuerdo se llamaba Lauren, para no parecer un egocéntrico fui y me senté en una silla delante de ellos amablemente la cual al parecer alguien estaba sentada en ella antes, deberá de ser la hermana de esta, ya que dijo que también estaría, pero no la veo por ninguna parte. Total, mi hermano sonrió al verme presentarme con ellos y no pude evitar no fijarme en la sorpresa de Lauren nada más verme, al parecer no se esperaba lo que veía, tal vez se imaginaba a alguien más soso como mi hermano y no un chico de veinte años guapo vestido en traje e inalcanzable (la expectativa) y la realidad un cabrón que me dedico a pasarme todo por donde me sé y nunca dejarme ganar por nadie absolutamente nadie.

Salude a la dama que acompañaba a mi hermano con dos besos en las mejillas y mientras lo hicimos esta me dijo algo en el oído

—eres bastante diferente en todos los sentidos a lo que me contó tu hermano— su mirada era distinta me observaba con aprecio y simpatía, por un momento recordé a mi madre cuando me compara con mi hermano elevándome a mí más la autoestima dándome aprecios positivos en torno a él, pero claramente Lauren no se refería a eso ni mucho menos, trata de ser una de la familia HUDGES, así que tratara de todos los modos para ganarse un sitio en mi corazón,

Sin embargo por más que lo intente, a mi me da lo mismo, ni ella ni nadie va a conseguir nada, ya que no queda ningún corazón que se pueda amar solo, dolor y trozos partidos—. Encantada Austin—añadió al despegarse de mí y volver a sentarse. Ante su presentación solo fingí una sonrisa ya que si esperaba que le digiera el placer es mío o algo así, estaba equivocada.

Las luces del amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora