Capítulo 35

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Ela:

Me imagine los amaneceres con él, en un mundo paralelo donde las cosas no fuesen tan complicadas como ahora

Había pasado más de una semana. Después de lo que pasó la última vez, no volvimos a hablar. Es más, apenas lo había visto por la mansión, al parecer ni pisaba la casa, la última vez que lo ví fue antes de ayer, cuando pasó delante de mí, prácticamente dándome calabazas enfrente de su madre.

   Reconozco que habrá sido un golpe muy fuerte para él. Aunque yo era la última que llegaría a pensar o imaginar que la pulsera la cual encontré una mañana por casualidad (que cuesta mínimo mil dólares) resultaría ser de su ex, bueno, él se la regalo. Aun así, acaban siendo cosas que te recuerdan él pasado, es algo muy jodido, pero ya no sé qué pensar, ni que hacer.

   Las cosas con él, no estaban claras, ni siquiera sabía que pasaba, habían atacado su establecimiento. Personas con pistolas estaban a punto de dispararme, pero él saltó en mi lugar, después de que pasara aquel momento traumático, hizo como si nada. Cero preocupaciones.

   Sin embargo, he de reconocer que estos últimos días mi adaptación a esta universidad fue mejor, hice una nueva amiga, Juillete, aunque es del curso del engreído, es muy maja y nada comparada con x persona que empieza por C de Cristina. Es algo culta, no expresa mucho sus emociones, aunque creo que en un futuro sería alguien de confianza. Y tal vez, buenas amigas.

   Mientras que Asher, bueno él. Después de que descubriese aquello cuando nos dimos nuestro primer beso, desapareció de mi vista. No en el sentido de no verlo como Austin, sino que ya ni me dirigía la mirada, he de reconocer que me dolió un poco su actitud así cuando desde siempre ha sido muy generoso conmigo. Aunque, al fin y al cabo, tiene sus razones, el confió en mí, pero yo le mentía siempre, tiene razón al irse como lo hacen todos, una vez se cansan o salen lastimados.

    Suspirando, bebí mi botella de agua que llevaba encima. He de decir que extrañaba un poco el ambiente de broma y amargar la existencia que teníamos Austin y yo. Fue todo tan loco en su momento, aunque ahora no sé por qué, pero lo extraño de algún modo. Volví a suspirar de manera agónica, ni siquiera sabía lo que sentía por él. Volvimos a besarnos el día que lo dispararon, fue tan ardiente y enloquecedor como lo es siempre. Pudo encender en mis pequeños placeres con tan solo juntar su boca con la mía, enloquecía su manera de besar, de tocarte en puntos concretos sabiendo exactamente que ese es tu punto débil.

   Estoy pensando en cosas que no debería hacer, pero por su culpa he llegado hasta aquí.

En cuanto a mi hermana, aún tenía una gran conversación pendiente. La última vez que llamo dijo que estaban ella y Jacob en las Maldivas, que volvían mañana y celebrarán en unas semanas una ceremonia de bodas ya que los periodistas han estado haciendo muchas preguntas. No me dio la oportunidad de preguntarle por qué le dijo a la mama de Austin que ambos de nuestros padres murieron en un accidente, ¿por qué les mintió? Esa duda la tengo en mi cabeza desde días al igual que esas misteriosas personas que atacaron el bar del engreído pronunciaron su nombre y se fueron.

   Al terminar de beber agua y relajar mi cuerpo. Me vestí, había estado practicando balonmano durante las horas de extraescolares que nos ofrecen aquí en la universidad. Al igual que ofrecen gym, creo que incluso hípica y atletismo.

     Tambien incluyen deportes relacionados con balones y de movilidad articular. Me encontraba en el vestuario, nuevamente. Después de la última experiencia por culpa de Austin quién me hizo salir de la universidad medio desnuda, volvía a entrar a este sitio, tan solo de recordarlo sentía mi corazón golpear con brusquedad. Fue tan cruel cuando hizo eso y ahora lo es más porque me tiene muy confundida con mi vida.

Las luces del amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora