❝ CAPÍTULO 3 ❞

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Tácticas y Estrategias.

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Es el día siguiente, a las siete de la tarde, para ser precisos. Chuuya tiene que llegar al trabajo en una hora y media, y lo más productivo que ha hecho en todo el día fue mirar su teléfono, como uno de esos adolescentes enamorados en esos dramas cursis que Yumeno ve a veces y que esperan que la persona que le gusta le responda. Todo el día.

Excepto que Chuuya no está esperando un mensaje de su enamorado, sino del extraño que de alguna manera se abrió camino en su vida y ahora se niega a darle ninguna señal de que está bien. Que está bien.

Para ser justos, han pasado menos de 24 horas, pero considerando lo que sucedió la última vez, es completamente válido estar preocupado, ¿verdad?

Chuuya se levanta de su sofá con una maldición, tirando el teléfono a la mitad de la habitación antes de decidir tomar el asunto en sus propias manos. Tendrá que hacer un pequeño desvío de camino al trabajo.

Ya está bastante acostumbrado a la ruta, por lo que no pasa mucho tiempo hasta que Chuuya ve el feo edificio rojo ladrillo que se eleva en la distancia. Deja su auto en el estacionamiento de una tienda de comestibles a la vuelta de la esquina, luego se dirige hacia la entrada, pasa algunos bancos en el camino y...

Espera.

A primera vista, ese tipo que está sentado en uno de dichos bancos con un libro en su regazo le resulta familiar.

Chuuya se detiene por un momento solo para admirar la hermosa vista.

Las rodillas de Dazai están dobladas, un bolígrafo escondido detrás de su oreja mientras frunce el ceño ante el libro en sus manos. Su ropa no era exactamente fea, parecida a las últimas veces, tal vez un poco aburrida, pero a Chuuya le gusta especialmente el suéter blanco de cuello alto y el pantalón negro a juego que lleva Dazai hoy.

Ni siquiera un momento después, como si sintiera su mirada, Dazai mira hacia arriba. Sus pestañas ridículamente largas se agitan de sorpresa.

—¿Hola?

—Hola —dice Chuuya—. ¿Perdiste tu teléfono o algo así?

—Creo que se ha agotado la batería.

—¿Crees?

Dazai se encoge de hombros sin decir palabra y Chuuya se frota la cara con una mano.

—¿Es por eso que estás aquí? —oye preguntar a Dazai—, ¿porque no te he llamado todavía?

—Bastante, sí.

—Lamento decepcionarte, pero hoy es un buen día. Todavía no tuve tiempo para un ataque de nervios.

Chuuya pone los ojos en blanco. ¿Cómo diablos le dices a alguien que quieres ayudarlo sin decirlo realmente?

—Lo que sea, idiota. Solo carga tu maldito teléfono para saber que todavía estás vivo y no tirado en una zanja en alguna parte.

—Si Chuuya tiene tantas ganas de enviarme un mensaje de texto, debería decírmelo~

Chuuya cruza la distancia entre ellos y le quita el libro de los dedos.

—No te estoy pidiendo que me envíes selfies y me digas cómo te fue en el día —hace una mueca—;  aunque, si quieres hacer eso, entonces genial.

Nudos Atados. •Soukoku | Bungo Stray Dogs •Where stories live. Discover now