❝ CAPÍTULO 27 [Parte 3] ❞

619 52 13
                                    

La exhalación de Dazai es tensa y superficial. Chuuya ahueca su cintura, y Dazai se niega a relajarse por una fracción de segundo, toda tensión rígida. Es tan fácil olvidar que esta es la primera vez de Dazai con lo expresivos y exigentes que ha sido, pero lo es, y están nerviosos. Por lo menos se siente de esa manera. Tal vez una parte de esto sea emoción también.

El punto es que Dazai no le está gritando que sea difícil, esa es solo la forma en que lidian con los nervios.

El calor se esparce en el corazón de Chuuya como polvo, viajando a través de su sangre para asentarse en cada rincón oscuro y frío, llenándolo de luz solar.

-Te amo -dice, incapaz de contener más todo este afecto que se derrama fuera de él como el agua-. ¿Te he dicho eso alguna vez?

Los labios de Dazai se separan. Luego se cierran de nuevo. Traga saliva ruidosamente, con los ojos arrugándose por la confusión sorprendida, o tal vez por la sorpresa confusa. Tal vez ambos.

-Sí. No -él niega con la cabeza-. No sé.

-Bueno, lo hago, y lo estoy diciendo ahora. Te amo. -Chuuya suspira-. Eres la persona más molesta que he conocido, y la mitad del tiempo tengo ganas de estrangularte con mis propias manos, pero... -sus labios se presionan en una sonrisa afectuosa- te amo, y no puedo imaginar mi vida sin ti, y...

Los labios de Dazai se presionan contra él de repente, tragando el resto de su discurso con un suspiro ahogado. Agarra la cara de Chuuya con tanta fuerza que Chuuya tiene que agarrar sus muñecas y frotar sus pulgares contra ellas para suavizar su agarre.

Cuando Dazai se aleja, lo hace con un ruido resbaladizo, y solo por un momento fugaz.

-Es impropio de Chuuya ser tan amable. Hazlo parar.

Chuuya no tiene que hacerlo. Dazai ya está enrollando sus brazos alrededor de su nuca y atrayéndolo para besarlo, luego abajo, abajo, abajo, y Chuuya, como siempre, lo sigue.

Termina a horcajadas sobre Dazai mientras él se extiende debajo de él, el cabello despeinado y esponjoso por la secadora, los ojos entrecerrados, las mejillas rosadas se oscurecen cada vez que Chuuya se inclina para probar su boca. La imagen de la inocencia, excepto que Dazai es todo menos eso. Eso solo hace que Chuuya tome su barbilla con más fuerza, presione su rodilla entre sus muslos con más firmeza y lo bese por más tiempo.

Solo está la bata y la ropa interior que Dazai, por alguna razón, se puso antes de llegar a la habitación. Chuuya no tarda mucho en quitarle ambos hasta que Dazai está desnudo, toda la piel desnuda, perfecto.

Si pudiera, pasaría el resto de su vida aquí, besando a Dazai hasta que ambos estén mareados y sin aliento, y la única preocupación en su mente es dónde poner sus labios a continuación.

Puede que eso no sea realista, pero pasar toda la noche así es, y Chuuya tiene la intención de hacer exactamente eso.

En algún momento, Dazai engancha sus piernas alrededor de su espalda y toma a Chuuya por sorpresa haciéndolas rodar, así que él está arriba, mirándolo con el pecho agitado.

-¿Cuánto te gusta esto, eh?

-Mucho -dice Chuuya, pasando un brazo alrededor de su nuca con una sonrisa-. Ya era hora de que tú también te esforzaras.

-¿Chuuya quiere eso? -Dazai arrastra sus dedos a lo largo del pecho de Chuuya. Sus abdominales. Más bajo. Sus cejas se levantan para hacer una pregunta sin palabras.

-Si quieres saber si me gustaría que me follaras: seguro. Algún día.

-¿Y si quisiera follarte ahora?

Nudos Atados. •Soukoku | Bungo Stray Dogs •Where stories live. Discover now