❝ CAPÍTULO 24 [Parte 2] ❞

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Continuación...

Eso hace que Dazai levante la cabeza, los labios presionando en una línea delgada antes de que sobresalga la barbilla y bufe. 

—Bien. Chuuya gana.

Chuuya todavía lo mira con una mirada poco impresionada cuando Dazai se levanta y se arrastra entre sus muslos a cuatro patas, plantando sus manos en los muslos de Chuuya y parpadeando hacia él. 

—Te gusta llamarme gato. ¿Por qué? ¿Eres una de esas personas que quieren follar animales? —antes de que Chuuya pueda responder, agrega—: ¿Eres un furro, Chuuya?

—No soy un furro. —dice diligentemente.

—¿Cuál es el punto de estas ridículas comparaciones entonces?

Encogiéndose de hombros, Chuuya desliza sus piernas alrededor de la espalda de Dazai y se permite acariciar su mejilla. Está templado. Un poco seco: toma nota mental de darle a Dazai algunos de sus productos para el cuidado de la piel. 

—Culpar de toda la mierda que me pasa a un gato rebelde es más fácil de decir que explicar que eres tú —sus dedos recorren el cabello despeinado de Dazai, espeso, sedoso y un poco descuidado—. Y más seguro.

—Podrías decir que tienes un perro —responde Dazai, mirándolo antes de que parezca notar la mano de Chuuya y tentativamente pero conscientemente se inclina hacia ella—. Chuuya me parece más una persona canina que una gatuna.

Chuuya resopla. 

—No eres un gran perro.

—¿Entonces tiene que ver conmigo en lugar de un simple nombre en clave?

—Y tal vez a veces tú también actúas como un gato —cede—. Ya sabes, ser un poco de mierda y todo eso.

Por alguna razón, los ojos de Dazai le devuelven un destello como si acabara de descubrir un juguete nuevo y brillante con el que jugar. Una mirada que promete peligro. Y hace que el estómago de Chuuya se encoja. 

—¿Te gustaría que escuchar que me disculpo por mi pequeño paso en falso otra vez? —murmura suavemente y extiende sus dedos alrededor de los muslos de Chuuya antes de apretarlo.

—¿Quieres decir por dispararme? —Chuuya corrige secamente porque de ninguna manera dejará que el bastardo se salga con la suya usando eufemismos para su «pequeño error».

—Un paso en falso —Dazai asiente como si fueran la misma cosa—, como ya he dicho.

—Prefiero que lo reconozcas en lugar de escuchar una disculpa falsa.

—¿En realidad? —Dazai pregunta, apoyando su mejilla izquierda contra su muslo y mirándolo con los ojos entrecerrados y pestañeando que son cualquier cosa menos inocentes—. ¿Incluso si ronroneo para ti…? ¿Como un buen gatito?

El ojo de Chuuya se estrecha. 

—Tú y yo tenemos diferentes definiciones de una disculpa.

—¿Es eso un no?

—Es un tú y yo tenemos diferentes definiciones de una-

Dazai deja escapar un gemido patético y envuelve sus brazos alrededor de su muslo para aferrarse a él, sacudiendo la cabeza. 

—Chuuya.

—¿Qué?

—Lo siento. Realmente lo siento.

—¿En serio?

—Lo siento en verdad.

—De acuerdo.

Nudos Atados. •Soukoku | Bungo Stray Dogs •Where stories live. Discover now