❝ CAPÍTULO 27 ❞

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Trato con el diablo

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—Ey, despierta. Dazai, despierta.

Los ojos de Dazai se abren y por unos momentos, los dos se miran fijamente.

Bueno, Chuuya sí. La mente de Dazai probablemente esté tratando de ponerse al día con su cuerpo mientras él yace allí, con los ojos bien abiertos y mirando fijamente.

Chuuya le da otra sacudida a su hombro, solo se detiene cuando la cara de Dazai se tuerce en una mueca de mal humor mientras rueda hacia un lado y acaricia las sábanas.

—¿Estás bien? Parecía un infierno de sueño.

—Lo fue —responde la voz apagada de Dazai—. Aunque se sintió más como una pesadilla.

—Sí, pensé que sería mejor que te despertara —dice Chuuya, paseándose hacia el armario—. Pero dijiste que querías acompañarnos hoy de todos modos —cuando su respuesta es un silencio sospechoso, lanza una mirada por encima del hombro—. ¿O has cambiado de opinión?

—Nop, todavía voy —le dice el montón en forma de Dazai en la cama, seguido de un bostezo somnoliento—. Solo… tengo que… —el sonido de un saco de arroz golpeando el suelo proviene de la cama.

Chuuya ni siquiera puede darse la vuelta. Si vuelve a mirar al monstruo privado de sueño en su piso, también se cansará y, a diferencia de Dazai, no puede permitirse perder el tiempo. Él es el jefe. Tiene una organización que dirigir.

Se cambia de ropa.

Se ha apegado a los colores de la mafia desde su ascensión: negro-mafia y rojo-sangre, pero hoy tiene ganas de agregar algo nuevo a la mezcla. Simplemente no está seguro de qué .

—¿Puedo tomar una siesta en tu sofá más tarde? —Dazai pregunta, repentinamente cerca.

—No —dice Chuuya—. Tengo gente entrando y saliendo de la oficina todo el día.

—¿Asi que me lo niegas?

—Así que prefiero que no te vean babeando encima de ti mismo mientras se rompen el culo trabajando.

—Podemos colocar un libro sobre mi cabeza y fingir que estoy leyendo.

—Puedes recuperar el sueño y venir más tarde, ya sabes. O mañana. O la próxima semana. No hay prisa.

Un suspiro de tristeza se apodera del lugar.

—Debería haber sabido que Chuuya cambiaría de opinión.

Se vuelve hacia Dazai con una mirada poco impresionada.

—No lo he hecho. Simplemente no veo el punto de que vengas conmigo al cuartel general para… —él le hace un gesto— una... siesta en mi sofá.

—¿Qué pasa si solo quiero pasar un tiempo contigo? ¿Está tan mal? —Dazai refunfuña en su camino hacia la mesita de noche donde guarda la ropa con la que viene.

Ellos no viven juntos. Dazai tiene un apartamento que comparte con Oda. Chuuya tiene este. Así que no han hablado de cosas tan serias como ropa, cajones y fechas. Para ser honesto, no han discutido nada, ni siquiera cómo quieren llamar a esta relación, aunque ambos saben la respuesta.

Solo han sido unas pocas semanas ocupadas entre El Libro, la División de Habilidades Especiales y la Port Mafia. Chuuya apenas tuvo tiempo de recuperar el aliento, y mucho menos sentarse con Dazai y establecer reglas básicas.

Nudos Atados. •Soukoku | Bungo Stray Dogs •Where stories live. Discover now