058: SeungKwan

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El bádminton era el deporte favorito de SeungKwan.

Aquel se había convertido en un pasatiempo para él cuando era pequeño, solo como un pasatiempo pero después se convirtió en algo que él quería practicar por el resto de su vida. SeungKwan, después de pensar en mil carreras profesionales cuando sus padres le preguntaban que, que quería ser de grande, logro darse cuenta de su verdadera pasión, logro comprender lo que quería ser cuando fuera un adulto. El bádminton se convirtió en el sueño que él quería lograr, se convirtió en lo que un niño desea ser cuando se convierta en alguien mayor, gracias a aquel pasatiempo de vacaciones, SeungKwan entendió que su vida no sería manejada como un escritor, como un cantante de opera, como un policía, bombero o abogado, el destino de SeungKwan era ser un jugador profesional de bádminton.

Y lo que SeungKwan se propone... lo logra, porque es un chico que si comete un error, comienza desde el principio pero aprendiendo de esos errores que lo estancan. Un chico capaz de proponerse un sin fin de cosas y que es capaz de cumplirlas a base de esfuerzo, pasión y dedicación.

SeungKwan, el pequeño SeungKwan logro convertirse en jugador profesional de bádminton. Y valió la pena.

Era realmente un dios del bádminton.

Lo jugaba desde que tenía trece años por lo que ya tenía bastante experiencia gracias a tantos años por los que pasó en dura práctica, en fuertes entrenamientos, claro que fue difícil pero bueno, ahí estaba. Incluso cumplía a veces con roles como maestro para otras personas que quieren unirse al deporte, porque así como era ya un jugador de bádminton reconocido y querido por sus fans, también quería que otros con el mismo sueño pudieran alcanzar todo lo que SeungKwan logro tener y todo lo que aún seguí logrando, así que no le molestaba enseñarle a novatos. Le encantaba.

La gente sabía apreciar el talento del chico, y es que claro, es difícil ignorar algo tan evidente, SeungKwan era un exelente jugador y tenía exelentes contrincantes, pero siempre demostraba poder derrotar a cualquier estrella en el deporte, incluso se derrotaba a si mismo para poder evolucionar como persona y como jugador. La gente lo veía y lo aplaudía, y SeungKwan estaba muy agradecido. Demostrando así su potencial en el bádminton con más de diecisiete campeonatos ganados, con solo 23 años.

Su familia estaban muy orgullosos de él y SeungKwan lo sabía.

Era una tarde de marzo, SeungKwan estaba practicando y estaba aprovechando a enseñarle a algunos novatos que se habían unido, era divertido y muy entretenido enseñarle a jugar bádminton a otras personas, SeungKwan se la pasaba muy bien y al parecer los aprendices también. Y es que Boo era un chico muy amable y agradable, no solía ser muy estricto, sabía que recién estaban aprendiendo así que comprendía que no hicieran las cosas como jugadores más avanzados, pero si era estricto en cuanto practicar y prestar atención. Pero estricto de una manera amable y carismática.

Por eso los aprendices siempre buscaban a SeungKwan para que él les enseñase, porque era un buen chico y atraía la atención de todos, la mayoría querían ser su amigo. Y la mayoría lo lograba.

Pero, a veces no se podía que SeungKwan fuera su maestro, tal vez en ocasiones pero no siempre. Y es que el chico tenía otros asuntos en que pensar, como torneos o entrenamientos, por esa razón habían más maestros para enseñarles a los novatos.

Entre ellos, una profesora ex jugadora profesional.

—Buenos días a todos. —Saludo una voz femenina a lo lejos.

Los aprendices se giraron en cuanto escucharon la voz de su maestra y con una mano se despidieron de SeungKwan alejándose lentamente, permitiendo que el chico pudiera continuar con lo suyo.

𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora