094: Jeonghan

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Aguas frescas.

Había comenzado la primavera, el clima era simplemente despreciable y lo suficientemente sufrible como para querer darte de baja en la vida. El calor era tan infernal, tan fuerte que el cuerpo sudaba hasta de lugares que jamás imaginarias, la poca ropa que querías llevar se pegaba a la piel, y si eres mujer, con pelo largo era mucho peor porque el cabello se quedaba pegado en el cuello por el maldito sudor. Era un completo asco que nadie quería vivir...  para no dar más explicaciones.

El sol estaba apunto de reventar, los rayos que soltaba traspasaban incluso el protector solar en la piel y cegaba a todo aquel que quisiera hechar un vistazo. El aire fresco de repente se había extinguido y los ventiladores habían dejado de funcionar en su totalidad. En realidad los ventiladores funcionaban bien es solo que era tanto el calor, que no se podía sentir un poco de viento refrescante con el potencial al cien, y es que irónicamente, había ventiladores por todo el mercado —al aire libre por cierto—, que era simplemente increíble que no se pudiera dejar de sentir un poco el calor que los atormentaba en esa primavera.

Aunque bueno, espera. ¿Quién en su sano juicio sale de casa, con un sol que te derrite y un calor que da dolores de cabeza? No hay manera. Aunque es realmente lo mismo; salir de casa o quedarte en casa es como invitar a salir al calor e invitarlo a quedarse contigo en tu hogar. No existía lugar para escaparse del interminable calor, al menos de que seas capaz de meter tu cuerpo entero al congelador... eso sería de locos.

Pero obviamente esto no se lo digan a Hyejin, quien andaba casi arrastrándose en el supermercado a mitad del día y en plenos rayos del sol quemandole el cuerpo y calentandole la cabeza casi hasta explotar, y si, aún trayendo sombrero.

Y es que, Hyejin no había salido de casa por mera cuenta propia, de hecho la chica se había negado rotundamente de salir de la bañera repleta de hielos. Se había negado a ir al supermercado con su amiga Min porque sabía que el calor allí afuera era incluso más bestia y porque luego de horas buscando refrescarse, había encontrado su refugio en la bañera con agua que había llenado con hielos que sehabia robado de la nevera.

Pero Min insistió tanto en que la acompañará, incluso se arrodilló diciéndole que no quería ir sola porque le daba miedo andar por ahí sin su compañía. Implorandole que no la dejara ir sola. Así que Hyejin acepto acompañarla, entre gruñidos molestos salió de la bañera y se digno a ir con Min. Aún si el calor era para morir, Hyejin no podía dejar que ella fuera sola, no quería ponerla en peligro, además cuando su amiga le dijo que hacía falta comida en el refrigerador se vio más obligada a ir con ella para hacer las compras porque después de todo, también era su casa y también debía colaborar.

Así que ahí estaba Hyejin, caminando entre la sombra que brindaban los puestos de mercado callejero, escapando del sol que intentaba quemarla a toda costa.

La chica saco la lengua como perro cuando se detuvieron frente a un puesto de verduras, de verdad hacía tanto calor, el clima estaba muy salvaje y además ir caminando desde tres cuadras hasta allí no era de gran ayuda. Sin decir que los ventiladores que los vendedores habían puesto solo estaban de adorno. 

Min la miró de reojo y soltó una pequeña risa. Ella también estaba molesta por el calor, también estaba sudando a mares como la pelinegra, sin embargo, se veía más campante a comparación de Hyejin, quien parecía querer morder alguna cabeza.

—¿Tienes sed? —le cuestionó la chica de baja estatura terminando de pagar la bolsa de verduras.

Hyejin asintió de inmediato junto con una mueca de asco, se sentía pegajosa por el sudor y eso era sumamente desagradable.

—Demasiada. —admitió junto con un gruñido.

Min agradeció al vendedor y tomo a Hyejin de la mano, pero de inmediato la chica se safo de su agarre. Hacía demasiado calor como para incluso tomarse de las manos, que se conformará con tenerla detrás de ella.

𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora