057: WonWoo

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Despertar por la luz del sol, por el olor a chocolate, por las caricias de tu pareja. Despertar de una manera pacífica y relajante.

Esa era la fantasía de muchas personas.

Pero...

No era una fantasía que a Hyejin se le podría cumplir.

No cuando vives con mil gatos...

Esa era la vida por las mañanas de Lim Hyejin: despertar con dos gatos durmiendo en sus pies, con el felino más gordito caminando por su abdomen y otros dos acariciando suavemente su cara con su propio rostro o durmiendo cómodamente en toda su desgracia face tapando las únicas entradas del oxígeno.
Sumando a otro felino gigante que duerme a su lado, en las mismas condiciones. Rodeado de gatos.

Para muchos que no son fans de estos animalitos, sería un infierno, pero para los que sí ¡Que forma tan hermosa de despertar! Como WonWoo y como Hyejin.

Sinceramente a Hyejin no le molestaba vivir con ocho gatos -en realidad eran siete pero con WonWoo podría decirse que son ocho-, porque la chica había aceptado vivir con WonWoo y sabía que si aceptaba compartir su casa entonces también debería aceptar a todos sus inquilinos. Y, no es como que a Hyejin no le gusten los gatos, es más ¡Le gustan mucho como a su novio! pero no puede evitar sentirse molesta por la inocencia del gatito al querer estar arriba de ella incluso cuando necesita dormir.

Pero a WonWoo parecía no molestarle eso.

Esa mañana no fue la excepción. Hyejin abrió los ojos cuando sintió que estaba muriendo asfixiada y cuando sus grandes ojos se abrieron, fue más veloz lo que volvió a cerrarlos. El pelaje del felino de color rojizo pico los ojos oscuros y somnolientos de la joven.

El muy desgraciado estaba tan cómodo en su cara que Hyejin quiso morderle el trasero para que se fuera de ahí.

Pero Hyejin seguía sin poder respirar y con las cosquillas por el pelito del gato en su cara.

Hyejin quiso levantarse para que "Manzano" -nombrado así por WonWoo por su pelaje entre rojizo y anaranjado-, se quitará de su cara antes de que muriera. Pero fue en vano, el cuerpo de la chica estaba inmovilizado por otros dos gatos que descansaban en sus pies y por Griselda -de nuevo, nombrada así por WonWoo por su pelaje gris-, que se alborotaba en su estómago, como si se estuviera recien despertando.

Hyejin quiso gritar, pero oh sorpresa... Manzano la estaba asfixiando así que no podía.

La chica, como pudo, saco los brazos de debajo de las sábanas y con delicadeza pero con deseos de seguir viviendo quitó a Manzano de su rostro, logrando respirar de nuevo, pero con un pelo del gato en su boca.

—Fuera de aquí, Manzano. —Ordenó Hyejin. El gato obedeció, corriendo de inmediato a los pies de WonWoo.

Griselda miró a Hyejin por largos segundos y viceversa, la gordita bola de pelos ronroneo acercando furtivamente a ella, pero Hyejin impidió su andar señalando con su dedo índice al suelo, indicándole a la gatita que se bajara de ella. Era muy pesada.

Griselda ronroneó una última vez antes de escaparse a los pies de WonWoo también. Ella no se bajó al suelo, en su lugar se escabulló con su hermano Manzano. Hyejin suspiró, bueno al menos ya no estaban encima de su cara y su estómago.

Solo faltaban dos dormilones que ya le habían pasado el sueño a sus pies, porque también ya estaban dormidos.

Pero en cuando los vio dormir, tan lindos, sintió pena. ¡Sus pies también sentían pena!

—Miel, Meloso... —Susuró hacía los felinos. Ninguno respondió.

Miel y Meloso eran hermanos, al igual que Manzano y Griselda solo que Miel y Meloso eran hijos de otra madre pero del mismo padre que Griselda y Manzano, y eran ambos machos, de color amarillito bonito.

Hyejin llamo de nuevo a los felinos con la esperanza de que está vez si la escuchen, pero no, la ignoraron completamente. En cambio, Manchas apareció subiendo a la cama, pero solo en la orilla.

(Manchas, se llamaba así porque era blanco con manchas cafés y era un pequeño macho, hermano menor de los otros cuatro gatos).

En otro momento aparecieron los progenitores: Rayas y Blanca.

Rayas siendo el padre, nombrado así por su pelaje gris con rayas oscuras. Y Blanca siendo la madre, nombrada así por su pelaje blanco y su única mancha de color negro en el ojo izquierdo. Cómo dato, Rayas antes estaba juntado con una gatita del mismo color de Manzano que se llamaba Mati, de hecho era la madre de Manzano y Griselda pero ella murió por una enfermedad en su pancita así que WonWoo se encargó de buscarle otra parejita a Rayas. La linda Blanca, madre de los felinos gemelos y de manchas.

Hyejin suspiró dando por muertos a sus pies. De verdad es que los felinos no eran tan pesados pero luego de tenerlos un buen rato ahí si se dormían los pies.

No le quedaba de otra, Hyejin tendría que buscar ayuda en su novio... si claro, estaba tan dormido.

—WonWoo... —Susurró mirando como Manzano se acercaba lentamente a él para seguramente aplicar la misma que con Hyejin, dormirse en su rostro. WonWoo soltó un ronquido en respuesta. Él estaba profundamente dormido. —Miel, Meloso... por favor.

Rogó la chica, pero ninguno de los dos felinos respondió.

La madre, Blanca, pareció darse cuenta de la situación de Hyejin así que con velocidad despertó a sus dos hijos dormilones obligándolos a bajar de sus pies.

—¡Blanca! Gracias linda, me salvaste. —Sonrió Hyejin enormemente. La gatita ronroneó en respuesta.

Sin duda vivir con siete gatos podía sonar un poco tedioso, pero no lo era tanto. Los felinos estaban muy bien educados, no se peleaban entre ellos, se comportaban como una familia, sin importar que no compartieran la misma madre. Y eso era grandioso para Hyejin.

Días como esos no se olvidan.

Minutos después WonWoo despertó. Manzano había conseguido despertarlo con sus ronroneos, seguramente ya tenía hambre.

Hyejin sonrió en cuando vio la mano de su novio acariciar al felino del pelaje curioso y en cuanto el resto de los felinos se dieron cuenta de que WonWoo había despertado, corrieron para que también fueran acariciados.

La chica sintió un poco de celos.

Todos los gatos amaban a WonWoo, Hyejin ya podía verlo. Y sinceramente, ella también lo amaba.

—Hey... —Murmuró. —Yo también quiero que me acaricies...

Hyejin hizo un puchero cuando WonWoo la miró. Él luciendo tan desalineado pero a la vez tan atractivo. Siempre era así por las mañanas.

—Hay caricias para tí también. —Dijo con tranquilidad. Hyejin sonrió abalanzandose a su novio. Los felinos comprendieron que ahora le tocaba a ella un poco de amor así que se esfumaron de la cama y luego de la habitación, todos en fila.

—Buenos días, WonWoo...

—Buenos días Hyejin...

Los días para Hyejin eran magníficos, aunque siempre despertaba con algún felino sobre de ella pero a pesar de eso, sus mañanas eran hermosas porque WonWoo estaba a su lado.

Y es que, su vida podría ser muy remota, pero era linda. Sin pensarlo habían formado una familia...

Una familia de gatos.

Pero si era con WonWoo, Hyejin no se quejaba.

—Te quiero...

—No, tu solo quieres a Manzano.

—¡Te quiero a tí también!

𝘼𝙏𝙏𝘼𝐂𝐂𝐀: 𝙎𝙀𝙑𝘌𝘕𝙏𝙀𝘌𝘕 𝘐𝘔𝘈𝙂𝙄𝘕𝘈𝘚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora