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Ahí estaba parado él sonriendo, se acercó sentándose a mi lado, ambos teníamos fija la mirada al frente.

- ¿Qué haces aquí? - pregunté limpiando mis lágrimas.

- ¿Tú que haces aquí a estas horas? - pregunto esta vez volteando a mirarme.

- Eso no importa - susurré.

El silencio nos invadió, ¿pero que hacía él aquí? ¿no estaba en la casa de sus padres?.

- Ví a tu mamá salir hace unos minutos cuándo estaba apunto de entrar a mi casa, se veía muy mal, ¿tuvieron algún problema? - volvió a preguntar.

No me contuve y nuevamente de mis ojos empezaron a salir lágrimas, al recordar lo que mamá me había dicho.

- Discutimos - respondí - no quiero hablar sobre eso ahora.

Él solo asintió y saco de su bolsillo un pañuelo dándomelo en las manos, se lo recibí para limpiar mis lágrimas. El cielo aún seguía oscuro, podía ver la luna y las estrellas brillar. Jimin sacó un cigarrillo de su pantalón, junto a un encendedor, lo prendió y lo llevó a su boca, empezando a fumar.

- ¿Cómo supiste lo de Yoongi? - solté de golpe, necesitaba saberlo.

Él dejó salir el humo, adictivo, y me miró haciendo que me sienta nerviosa.

- Los descubrí la otra vez cuando salía de mi trabajo, Ashley dijo que iría donde su tía, que era una mentira totalmente, porque los vi a ambos, comiéndose la boca.

- ¿Por qué no te ves tan dolido por eso?.

- Ashley no me interesa - respondió.

- ¿Y por que son novios entonces? - volví a preguntar.

- ¿Por qué tanto interés? - cuestionó.

- Olvídalo - contesté teniendo la mirada fija al frente.

Lo escuché reír, ¿que le parecía gracioso?, volteé a verlo este seguía fumando se veía atractivo haciéndolo, deje de mirarlo cuando el volteó. La brisa del aire movía mi cabello de un lado a otro, la chaqueta que llevaba puesta no me abrigaba, tenía frío y Jimin lo notó ya que se sacó el abrigo que tenía puesto para dármelo en las manos.

- Tómalo, tienes frío y no lo niegues - habló tirando al piso el cigarrillo.

Obviamente no me lo iba poner en la espalda, él no era ese tipo de chico. Se lo recibí y me lo puse, pero me preocupaba él.

- ¿Tú no tienes frío? - lo miré.

Negó, y yo solo asentí, esto era algo incomodo, no sabía que cosa hablarle, él sacó su celular para luego guardarlo en su bolsillo, lo poco que pude ver solo fue la hora ya eran las cuatro de la madrugada.

- Debes ir a tu casa, si te preocupa tu mamá, como ya te lo dije la ví salir, puedes ir.

Suspiré y me paré de aquélla banca, él hizo lo mismo, ambos empezamos a caminar en silencio hasta llegar a nuestro vecindario, volteé a verlo, me quedé unos segundos embobada teniendo mi mirada fija en el, para luego meterme a mi casa, haciendo lo mismo que él.

Al entrar encontré todo como estaba, el vaso roto en el piso, agarré la escoba y empecé a limpiar, dejándo todo limpio. Subí a mi habitación y cerré mi puerta con seguro, ¿a donde iría mamá a estas horas?, por más que sus palabras me hayan dañado yo no podía odiarla, después de todo es mi mamá y la quiero. Me quité los zapatos y el saco de Jimin que por cierto me había olvidado dárselo, lo dejé en la silla colgado, si lo veo de nuevo se lo entregaría.

Desire; pjmKde žijí příběhy. Začni objevovat