Bad game

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Comencé a forcejear la entrada de la puerta hasta que el cerrojo comenzó a aflojarse. Escuché el suspiro de Hanma detrás de mi, Kisaki por momento se encontraba en su lugar analizando las cosas. Comencé a retroceder y tomé impulso para darle una pataja, la puerta se abrió lentamente, dando paso a la oficina general de aquel tipo.

"Ni una sola alarma", habló Kisaki entrando a la habitación. Comenzó a recorrer el lugar mirando alrededor.

"Qué seguridad de mierda tiene", Hanma también entró y comenzó a toquetear las cosas.

En la mesa principal había un teléfono de escritorio, por el cual supongo que se comunica nuestro blanco a sus hombres, los hombres de nuestra mafia la cual él traicionó según informes del jefe.

"¿Aún tienen esa llave?", pregunté tocando la superficie del teléfono.

"La tengo yo", habló Hanma acercándose a mi.

"El plan es esperar que venga o directamente tocar una alarma, pero sería precipitado", comenté a los chicos.

"¿Por qué? No vendrá la policía en ese caso, él también es parte de la mafia", se encogió de hombros el más alto.

De mi sostén comencé a sacar unas cuantas balas sueltas, y cayeron sobre la mesa. Alcé mi pierna donde llevaba el arnés con el arma y la saqué para cargarla.

"¿Y eso por qué?", Hanma me miró y después al arma. Kisaki tenía su mirada en nosotros dos.

"Mi trabajo aquí es contar billetes y dar advertencias con balazos y hoy no traigo billetes", rodeé la mesa y caminé hasta una alarma que había en la esquina de la habitación, la toqué y comenzó a sonar. Los chicos detrás de mi no se movieron un centímetro.

¿Qué clase de pandilla es Moebius para que no se alarmen por situaciones así? 

Escuché pasos provenientes del pasillo, seguramente algunos guardas de seguridad, escuché un fuerte estruendo dentro de la habitación y me giré enseguida para mirar como Hanma destrozaba una silla para tomar el pedazo de madera entre sus manos. La música de antes había cesado cuando saltó el sonido de la alarma. Le eché un vistazo a Kisaki también, estaba cruzado de brazos con su mirada sobre la puerta, sus cejas seguían arqueadas como de costumbre. Los forcejeos en la puerta no tuvieron que hacerse, ya que yo misma la abrí y recibí a dos guardas de seguridad con los brazos abiertos mientras apuntaban sus armas hacia mí. Detrás de ellos estaba el hombre de cabellos blancos que debía de amenazar -lastimosamente- con un balazo en su rodilla, así se hacía en nuestra mafia. 

"¡Manos arriba!", gritó uno de los hombres armados. El hombre que debía amenazar se encontraba con una expresión de horror en su rostro, a este paso había dejado su mascarilla gris mate en su cuello. Me distraje mirando a aquel hombre, pero el sonido del seguro siendo quitado me trajo a la realidad, así que alcé ambos brazos. Ambos entraron, pero no sabían que antes de venir, Hanma se había colocado detrás de la puerta. El más alto salió de su escondite y con un grito divertido golpeó uno de los hombres fuertemente en su cabeza, por suerte cayó desmayado apenas, de todos modos era tan inmenso como un oso, dudo que haya sido grave el golpe. 

Rápidamente tomé mi arma y le disparé directo al abdomen del otro guarda restante. 

"¡Agh!", se tiró directo a la pared y tocó su abdomen. 

"Idiota, así lo vas a matar", dijo Hanma a mi lado. Pero puse un brazo frente él y caminé hacia el hombre, quien seguía en shock, su abdomen no tenía ni una gota de sangre y su arma la había soltado por el impacto contra su chaleco anti balas. 

"Tú te quedas quieto aquí, como intentes algo, la siguiente bala irá a tus piernas", tomé su arma prestada, era una simple glock, no es muy difícil de usar así que la cargué y fui por el hombre que había quedado fuera, ese es por quien vinimos. "Vienes conmigo", lo tomé por una parte de su camisa y lo tiré al suelo. 

GAME OVER (en edición)Where stories live. Discover now