GAME OVER (en edición)

El pasado de un dios

"¿Qué carajos acabas de decir?", pregunté totalmente confusa, miré a Hanma, quien estaba casi como yo. Arrebaté ese documento de sus manos y lo leí yo para comprobar que no fuese una estúpida bromita de las suyas, no le conocía tanto, pero he vivido lo suficiente a su lado para saber que es el tipo de persona que bromearía con eso. Pero no fue así. Lastimosamente Hanma había leído tal cual estaba transcrito en ese papel. 

El miedo se apoderó de mí, no tuve que hacer más preguntas del tema. Ya sabía donde iba esto y por lo que acababa de leer, ya tenía un 90% del caso descubierto. 

Le miré con una cara horrorizada, mis ojos ardían de nuevo, a estas alturas no sabía si era por saladas lágrimas que amenazaban con brotar o por los muchos medicamentos que tomé antes. 

"Mierda, um- Esto es jodido", se levantó de la cama y caminó lentamente por la habitación, pasó una mano por su cabello en signo de frustración, deshaciendo su peinado de siempre y dejando su cabello hacia abajo, ahora despeinado. Bufó porque seguramente comprendía que yo estaba en la peor situación posible de ahora en adelante. "Mira, no es necesario que sigas leyendo. Ya sabes lo que significa eso, no hace falta querer negarlo",  se acercó a mí y tomó mi barbilla para que le mirase fijamente, yo asentí a sus palabras, total tenía la razón. "Esta mierda no te hace menos, de hecho serás la primera persona a la que le dé un consejo".

"¿Un consejo...?", repetí sus palabras.

"Pon atención, porque no repito las cosas dos veces", pareció ponerse serio, pero al contrario, su firmeza fue para darme valentía. "Saber quien es tu familia no te hace menos o igual que ellos. Sé que eres como yo y en cierto punto nos consideraron una oveja negra entre los demás, hasta en la escuela, joder, pero eso es lo que nos diferencia de los demás... Aprendí que el lazo sanguíneo entre una persona y yo no era importante si yo lo quería así... Cualquiera puede romper esas cosas aunque el ADN te tenga atado. Mi consejo es que no te agobies con todo esto. El tiempo todo lo cura", finalizó con un suspiro.

"Entonces tengo que mentalizarme que él podrá ser de mi sangre pero no mi familia...".

"Exactamente. Ahora, si quieres ver todo esto de aquí, puedes hacerlo. Pero no te vayas a ahogar en un vaso de agua, serpientita", desacomodó mi cabello.

Tomé la caja y miré los demás documentos de nacimiento, mi cumpleaños y demás cosas seguían igual. Salvo mi apellido. Me tomé unos segundos pensando, en realidad dudando si quería seguir leyendo todo y hacer más daño, pero de todos modos mi vida fue un daño para mí desde el inicio. Ver como habían demasiadas injusticias dentro de esta mundo, como a la mayoría de chicas las abusaban o secuestraban me dejaba maldita... Aún así yo fui partícipe de ese mundo con el simple hecho de haber nacido bajo el yugo de una familia ejecutiva de la maldita mafia...

Familia.

"Entonces... No tengo nada que perder. Mataré a Carlo y eso no significará nada para mí. Que sea mi padre...", me detuve en seco.

"¿Qué?", preguntó Hanma a mi lado. Me levanté a toda velocidad y corrí al baño. "¡Hey! ¡Aún no estás en condiciones para levantarte así, necia!", gritó a mies espaldas, escuché sus pasos apresurados seguirme. 

Me dejé caer sobre mis rodillas sin importar el pinchazo que sentí por el acto. Vomité. Las lágrimas salieron por el asco del vómito y por el asco provocado por lo que en mi mente conecté. 

"¡Lo voy a asesinar!", grité casi a todo pulmón, Hanma saltó del susto. "Esto quiere decir que me quería casar con mi...".

"Joder, que tema de mierda", me interrumpió. "Mira, no sé mucho de todo de lo que has hablado con el jefe, pero Kisaki me ha mencionado infinidad de veces que Carlo no deja de repetir lo mucho que le gustaría casarte con su hijo, bueno, tu medio hermano", se corrigió a sí mismo y yo le lancé una mirada asesina por haberlo mencionado con tanta tranquilidad. Se agachó a mi lado y bajó la cadena. "Podemos armar un plan con ayuda de Kisaki, yo no tengo mucha mente para eso, me gusta ejecutar el plan pero no crearlo", me ayudó a levantarme. Fui al lavamanos a lavarme los dientes.