Capitulo 3

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El reloj marcaba cerca de las dos de la tarde, estaba haciendo frío, y afuera el aire soplaba fuerte.

Sunoo amaba el clima frío. A pesar de encontrarse en ese momento con la nariz rojiza y las manos frías, tanto que parecían en cualquier momento romperse, amaba sentir el frío envolver su cuerpo, deseaba terminar con aquella tortura llamada colegio, para poder partir a casa, en dónde se envolvería entre mantas cálidas y disfrutaría de su serie favorita desde la comodidad de su cama.

Definitivamente el escenario perfecto.

Pero sus planes se estaban viendo afectados, el horario de clases había terminado hace rato, pero él se encontraba aún en la frialdad de aquel aula, trabajando, sin tener éxito, en una reseña que, se supone, debió haber entregado hace unos días.

Sunoo no estaba pasando por un buen momento, apenas en el curso pasado, se mantuvo entre los diez mejores estudiantes del plantel, con notas casi perfectas y un expediente impecable.

Pero en este momento las notas de Sunoo habían bajado drásticamente, difícilmente podía mantener el promedio, y se había ganado muchos reportes disciplinarios debido a su insolencia y nula responsabilidad con sus deberes.

Había sido retirado de su puesto como presidente del consejo de estudiantes, y ahora los profesores ya no halagaban sus entregas.

¿Qué había pasado con Sunoo?

Ni siquiera él lo sabía.

O tal vez lo sabía pero no quería aceptarlo.

De todos modos no le daba mucha importancia, se repetía constantemente a sí mismo que lo único que necesitaba era poner más empeño en sus entregas, poner atención en clases y estudiar hasta no poder más para los exámenes finales.

Cuando, a duras penas, terminó aquel reporte, su teléfono celular vibró anunciando la llegada de un nuevo mensaje.

"Jay te espera en el estudio, no llegues muy tarde"

Sonrió. Agradeció a Sunghoon por el mensaje y se apresuró en tomar sus cuadernos para salir rápidamente del aula, se despidió del conserje y se encaminó hacia el estudio de Jay.

Era un edificio pequeño, que había sido propiedad de sus padres, cuando volvieron a Corea se lo dieron de regalo por su cumpleaños número 19, y Jay había decidido hacer de él su estudio de creación.

Además del baile, Jay tenía una enorme pasión por la moda y todo lo relacionado a ella, había estudiado en demasía para conocer sobre tan fantástico mundo, y su talento le compensaba aquel esfuerzo con ideas creativas e innovadoras.

El sueño de Jay era tener su propia línea de ropa, y compartir al mundo mensajes llenos de espíritu a través de aquellas prendas.

Sunoo entró al edificio, saludando a Sunghoon quién jugaba con Jake en la planta baja.

— ¡Hey, Sunoo! Al fin llegas, hombre. Jay te ha estado esperando.

— Perdona, pero aún tenía que terminar dichosa reseña.

— ¿No venías trabajando en ella desde hace dos semanas?

El menor le dedicó una mirada fulminante para seguidamente contestar: — Si, pero mi bloqueo estudiantil no me ha facilitado las cosas. —

— Caray. Deberías ver a un experto, Sunoo. — habló por primera vez Jake.

— No es necesario, en todo caso, pediré a alguien algunas asesorías, solo como última opción.

— Adelante, como digas.

Después de unas cortas frases más entre ellos, finalmente Sunoo subió por las escaleras hacia el segundo piso.

Llegando pudo deleitarse una vez más con tan estimulante imagen.

Una habitación amplia, con ventanales tan grandes que la luz del sol entraba deliberadamente por ahí. Por todos lados habían telas de diferentes colores y texturas, colores monocromáticos, otras más brillantes, maniquíes con diferentes prendas modelando, algunas impecables, otras apenas por terminar, y muchas otras recién comenzadas.

Finalmente, la parte favorita de Sunoo. En el fondo de la habitación, de espaldas, concentrado en cortar y coser, Jay estaba trabajando en lo que parecía, su más importante proyecto del año.

El menor se acercó con sigilo, anhelando poder observar más de cerca sin desconcentrar al mayor. Pero apenas dió un par de pasos dentro de la habitación, Jay se dió la vuelta, admirando su llegada, le sonrió con delicadeza y le invitó a acercarse.

— Por fin has llegado, bienvenido pequeño.

Sunoo sonrió alegre. — ¿He tardado demasiado? —

— Un poco. Pero está bien, estás a tiempo.

El menor solo soltó una risilla.

— ¿Cómo fue la escuela? ¿Mucho mejor?

Desvió la mirada con nerviosismo, sin saber que contestar.

— Pues... Verás...

Jay dejó las telas sobre la mesa.

— ¿Sigues cometiendo faltas, Sunoo?

Aquella mirada de decepción le dolió hasta lo más profundo del alma, Jay siempre le repetía cuán orgulloso estaba de su buen desempeño escolar, perder tal prestigio para Sunoo significaba el fin del mundo.

— No es adrede, Jay, — se sentó sobre la mesa — sólo no tengo idea de qué me pasa.

Jay se acercó a él, colocándose entre sus piernas para poder tomar medidas de su cuello con la cinta métrica. Sunoo era su modelo para aquel traje tan importante.

— Necesitas ayuda, — susurró cerca de su rostro, haciendo sonrojar al menor — ¿Has pensado en tomar clases particulares?

— No creo que a mamá le agrade la idea de pagar un tutor.

— Pero tampoco creo que le agrade verte reprobado, ¿No crees?

Lo abrazó por la cintura, permitiéndole a Sunoo refugiarse en él, sabía que su amigo estaba pasando por un mal momento, aunque no tenía idea de porqué.

— Sunoo, — se apartó — no es necesario pagar un tutor, puedes pedirle ayuda a cualquier estudiante, Sunghoon o Jake pueden ser buenas opciones.

— ¿Y tú?

Jay se quedó pensativo por un momento.

— Nada me gustaría más que ayudarte, pequeño, pero el tiempo no me alcanza, tengo que terminar esto antes de que termine el año, tengo una presentación importante en la academia, tengo responsabilidades como estudiante también y todo eso.

El menor hizo un puchero.

— Hey, pero vamos, seguro que podemos encontrar a alguien más.

Acarició sus mejillas como consuelo, acción que hizo sonreír a Sunoo.

Cómo cada cosa que Jay hacía.

Yo me enamoré primero || ENHYPENWhere stories live. Discover now