Capitulo 7

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Las horas siguieron transcurriendo, y mientras más oscura se encontraba la noche, parecía que la fiesta más se animaba.

Pronto el alcohol comenzó a hacer efecto, Jay, Jake, Sunoo y Sunghoon ya no se encontraban totalmente en sus cinco sentidos, ahora cantaban sin sentido y parecían querer llorar con las canciones infantiles y los villancicos que sonaban a todo volumen.

Marcando el reloj las 02:00 a.m. Heeseung decretó que era momento de ponerle fin a tal desastre. Jay se había quedado profundamente dormido en un sofá, y Sunghoon dormiría con Jake, así que los demás podrían disponerse en volver a casa.

Riki arropó con cuidado a Sunoo, quién también se había quedado dormido.

— Oh, lo había olvidado, tenemos que llevarnos a Sunoo. — habló Jungwon.

— ¿No puede dormir aquí, también? No creo que Jake tenga problema. — preguntó esta vez Heeseung.

— No, no puede, le prometió a su madre que estaría en casa por la mañana.

— ¿No has visto su estado, acaso? Está perdido, y aún si despierta no creo que recuerde dónde vive.

— Por favor, Heeseung, es mejor que llegue ebrio a que no llegue.  

Heeseung lo pensó por un momento, observando la expresión tan plena de Sunoo, se veía tan tranquilo que le daba un poco de pena tener que molestarlo.

— Bien. ¿Su casa queda muy lejos?

— No tan lejos, unas dos casas después de la tuya.

— Perfecto, yo lo llevaré.

Heeseung despertó con cuidado a Sunoo, pidiéndole subir a su espalda, Sunoo sé aferró a él tal como un niño a un muñeco, y salieron los cuatro del hogar, asegurándose de cerrar perfectamente la puerta.

— Sus llaves están en su bolsillo derecho, puedes entrar a su habitación y dejarlo ahí.

Riki completó: — Su habitación es la segunda hacia la derecha del segundo piso, puedes dejarlo ahí.

— ¿Ustedes no van?

— Es bastante tarde, — contestó Jungwon — y todavía tenemos un buen tramo que caminar.

Una mueca se dibujó en el rostro preocupado de Heeseung.

— Vete tranquilo, no te preocupes. Asegúrate de cerrar bien la puerta, es lo único que te pido.

El mayor asintió.

Jungwon y Riki se despidieron tomando camino hacia el lado contrario, cuando Heeseung los perdió de vista también se encaminó hacia el hogar de Sunoo. Unos minutos después de caminar, Sunoo pareció removerse y a balbucear varias cosas que Heeseung apenas alcanzó a escuchar.

Hyung..., — lo llamó en un susurro caso inaudible. El mayor giró un poco su cabeza, chocando con el aliento cálido de Sunoo. Le cedió la palabra, para que continuara con lo que tuviera que decirle. — Jay no me quiere.

Y sollozó, casi echándose a llorar.

Heeseung sintió pena, pero al mismo tiempo se identificó con él.

Sunoo y Heeseung eran muy parecidos, ambos se encontraban sufriendo por un amor. Fingían ser leales amistades cuando sus sentimientos iban mucho más allá.

La única diferencia es que Heeseung se guardaba sus sentimientos para él mismo, y casi siempre le tocaba sufrir en silencio. Mientras que Sunoo en ese momento estaba expresando lo que sentía, sin tapujos, el mayor también pensó que todo aquello era efecto del alcohol, pero algo dentro suyo le decía que había mucho tiempo que Sunoo deseaba expresarle a alguien aquel dolor que guardaba en su frágil corazón.

Reflexionó sobre las pocas veces que había visto a Sunoo, siempre observando a Jay con sus ojos llenos de amor, siempre elogiando todo lo que el mayor hiciera o dijera. A kilómetros podías notar lo cuán enamorado estaba Sunoo de él, pero, al parecer, el mismísimo Jay era el que menos se daba cuenta.

Park Jay llegaba a ser un poco ciego.

Continuaron caminando, hasta que por fin llegaron al hogar de Sunoo, Heeseung pensó en bajarlo, pero al sentir la comodidad del menor sobre su espalda, prefirió no molestarlo.

Tal y como Riki y Jungwon le indicaron, abrió la puerta y se adentró en la casa, subió las escaleras y encontró la segunda habitación de la derecha, en donde entró con sigilo.

La habitación era amplia, podría decir que mediana, de paredes blancas pero bien amueblada, había una televisión grande y un escritorio con un ordenador, un librero, y por supuesto, había una cama grande con un aspecto bastante cómodo.

Dejó a Sunoo ahí y el menor sujetó fuertemente la chaqueta de Heeseung, sin decir nada, como suplicando en secreto que no lo dejara solo.

— Hee... Por favor quédate con Jungwon.

— ¿Qué?

— Si te quedas con Jungwon, seguramente será la única manera en que yo tenga oportunidad de que Jay me quiera.

El mayor no pudo contestar, se acomodó a su lado, en la cama, y solo lo observó con cuidado, encontró en aquella triste mirada una ternura indescriptible, y deseó cuidar a Sunoo como nunca había deseado cuidar a nadie más.

En respuesta únicamente pudo darle un suave beso en la frente, transmitiendo consuelo.

— Tienes que dormir. — Susurró. — Hoy ha sido un día pesado y necesitas descansar.

Se levantó y se fue, cerrando la puerta de la habitación y de la casa tal y como Jungwon se lo había pedido.

Y Sunoo se quedó ahí, en la oscuridad de la fría noche.










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Vale, me ha costado escribir esto.

Me hubiera gustado que quedara un poco más largo, pero no tuve más que agregar. 😭

Estaba desayunando cuando escribí este capítulo en mi mente, así que luché todo lo que pude para mantener la idea, diálogos y descripciones tal y como lo había imaginado.

Creo que perdí una línea. 🥲
Pero al menos el resto de la última conversación quedó casi, CASI, como quería, por lo menos el punto clave se mantuvo. 💔

Yo me enamoré primero || ENHYPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora