Capitulo 19

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—¡Hyung!

— ¡Hey, par de tórtolos! ¡No todos somos nocturnos, han estado saliendo y entrando de los cuartos por toda la noche! — reprochó Sunghoon quién deseaba continuar su sueño.

Heeseung y Sunoo se limitaron a reír. Se levantaron del suelo y se dispusieron a levantar a los demás.

Sunoo molestó a Sunghoon y a Jake para que pudieran finalmente despertar y Heeseung bajó las escaleras con Riki en su espalda.
Era temprano, Sunoo no se equivocaba al deducir la hora de aquel frío 25 de diciembre.

— ¿Dónde están los regalos? ¿Qué Santa no llegó? — murmuró Riki aún somnoliento.

— Santa llega con tus regalos a tú casa, Riki, no a la mía. — aclaró Heeseung.

Cuando estaban por fin los cinco bien despiertos, dos más entraron por la puerta.

— ¡Feliz Navidad! — gritó Jay trayendo en sus manos varias cajas de pizza y unas cuantas latas de soda.

Sunoo observó a Jay y Jungwon entrar juntos, pero no sintió realmente la gran cosa, comenzaba a acostumbrarse y aquel dolor instalado en su pecho comenzaba a ceder.

Pero cuando Jay intentó acercarse a él, no pudo hacer realmente mucho, Sunoo simplemente se concentró en Heeseung y Riki quienes hacían bromas sin sentido esperando poder por fin comer, sus estómagos rugían en espera de un delicioso pedazo de pizza.

Y el resto del día se limitó simplemente a eso, siete chicos compartiendo aquel extraño día de navidad.

Cuando Jungwon volvió a casa, se sintió realmente solo. Saludó a su abuela que estaba en la cocina, y subió a su habitación. En la frialdad de aquellas cuatro paredes Jungwon pudo reflexionar acerca de rumbo que había tomado su vida en los últimos veinte días, era complicado, un día todo estaba bien y ahora no tenía ¿nada?

Extrañaba, por supuesto, las tardes con Heeseung, pero un día el mayor no fue más a su casa y ahora parecía dedicarse completamente a Sunoo. Jungwon no pudo entender del todo, pero pensaba que tal vez era momento de que el mayor conociera a más personas, hacer más amigos y no que solamente se pasara pegado a Jungwon todos los días, todo el día.

También extrañó a Jay, extrañó sus cursis mensajes a lo largo del día, extraño sus muestras de afecto, extrañó las flores que llegaban sin advertencia a la puerta de su hogar.

Lo extrañó todo.

Se sintió solo.

Nuevamente sintió la ausencia de sus padres, nuevamente detrás de aquella puerta no se escuchaba la canción favorita de su madre, no se escuchaban los parloteos de su padre sobre su trabajo, ni tampoco la emoción de su hermana por su grupo favorito.

Había silencio.

Un silencio tan denso, Jungwon se sintió muerto por un momento, ni siquiera parecía poder escuchar los autos pasar afuera, o el fuerte viento azotar su ventana.

Quiso llorar, liberar todos aquellos sentimientos que le venían atormentando y que más de una noche le habían robado el sueño.

No evitó contenerse, deseó dejar brotar las lágrimas.

Pero alguien no se lo permitió, el pequeño maeumi entró corriendo por la puerta, haciendo un escándalo, buscando desesperado a su dueño. Jungwon lo recibió entre sus brazos, jugando con sus traviesos rizos blancos. Le sonrió.

Pronto su abuela le llevaría una rebanada de pastel, aquel tan rico que le gustaba preparar, únicamente para su nieto.
Y por la tarde, Riki le llamó para jugar juntos, a pesar de la distancia.

Yo me enamoré primero || ENHYPENWhere stories live. Discover now