4. Centro de atención

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CAPÍTULO 4:

4. Centro de atención.

Ya había pasado una semana del primer día en el grupo de apoyo. Kyle todavía estaba en Mazomanie y en dos días iba a volver a Buenos Aires, a pesar de que él no quería dejarla sola de nuevo, había comprendido que Dylan es una persona que se mantiene bajo sus propias reglas y que quería resolver todo sola, además, tenía razón con respecto a Ailén, no podía dejarla sola después de estar tanto tiempo juntos y amarla como nunca amó a ninguna otra mujer. Pensar en ella hacía que se le volviera la sonrisa al rostro, de todas formas, sabía que ella iba a estar esperándolo cuando el avión aterrizara en el aeropuerto de Buenos Aires y anhelaba el momento de volver a verla.

Primer día de escuela. Aunque realmente no era el primero porque sólo quedaban menos de cinco meses para graduarse, pero después de tanto tiempo alejada del instituto parecía como si fuera la primera vez que lo pisaba. Dylan se preguntó si habrá nuevos estudiantes, nuevos profesores, problemas, y sobre todo, si se acordarán de ella, si sabrán qué fue lo que sucedió. De todas formas, ella se había confirmado a sí misma que todo el mundo lo sabía, Mazomanie es un pueblo pequeño, allí la gente se entera de la vida de todos, ¿por qué no iban a enterarse que una joven de diecisiete años intentó suicidarse? Y no solo eso, si no que había algo en ella que a cualquiera podría ponerlo en estado de alerta.

Se colocó unas amplias babuchas grises que dejaban sus tobillos desnudos y no dejaban distinguir sus delgadas piernas. Siempre prefirió la ropa amplia, especialmente los pantalones, se sentía muy cómoda de esa forma al igual que las remeras, casi no tenía ropa ajustada pero eso no quería decir que no las tenga. Se colocó una musculosa blanca lisa y se calzó unas DC rojas, blancas y grises con una gorra visera plana color rojo. Salió de su habitación y se encontró con su hermano en la cocina.

- ¿Vas a salir así? -preguntó Kyle.

- Sí, ¿algún problema?

- Parece que saliste de una convención de raperos retirados. -Kyle nombró en un tono gracioso.

- Como sea, no me importa si te gusta o no, no tengo otra ropa y no pienso usar otra tampoco.

- Está bien, tranquila, sólo que no imaginaba que vistieras así -levantó las manos como retractándose y se volvió a dirigir a ella-. Toma tu mochila y vámonos.

Ella obedeció. Kyle había comprado las cosas que necesitaría, ya que preguntó en el colegio que necesitaba para las clases y se encargó inmediato de conseguírselo. Él la llevó en el auto hacia el colegio, no tenía mucho que recorrer pero él quería acompañarla en su primer día. Una vez estacionado en frente del instituto, ambos se despidieron con un simple 'te veo luego' y ella se bajó del auto entrando a la escuela con la mayor de las confianzas. Nunca desvió su mirada, sus ojos siempre miraron al frente pero sabía que cada persona que pasaba a su lado se quedaba mirándola. Parecía que estaban sorprendidos, ahora era obvio que se acordaban de ella, de todos modos, a ella no parecía importarle -idiotas-. Se dirigió directamente a la secretaría, sabía muy bien en dónde quedaba ese lugar ya que conocía el establecimiento desde que tenía trece. Tocó la puerta que estaba cerrada y escuchó desde adentro de la habitación un audible 'adelante' y ella se limitó a entrar. La secretaria seguía siendo la misma de siempre y sonrió cuando vio a Dylan cruzar la puerta.

- Señorita Rääk -la mujer de cabello oscuro dijo con simpatía-, la estaba esperando -Dylan no soltó una sola palabra, solo se acercó al escritorio en donde la secretaria estaba sentada-. Aquí tienes tus horarios, salas, ubicación de locker y clave-le extendió el brazo con una hoja en la mano-, espero que te sientas cómoda.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora