65. La propuesta

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CAPÍTULO 65:

65. La propuesta

Madison, 4 de abril de 2014

-No dejes que el miedo te domine.

Dylan trataba de centrarse la voz que tenía en su cabeza, mantenía los ojos cerrados y los puños apretados. Habían sido tantas las veces en el que frío metal de un arma estaba apoyado contra su frente que ya tendría que tener el control total de su cuerpo. Esta vez no era ninguna práctica, ningún aliado, nadie a quien pudiera engañar. Un enfrentamiento frente a frente con una persona que la había encontrado en un lugar que no debía.

-Dime qué diablos estás haciendo aquí. -el hombre volvió a pronunciar- ¡Dilo!

Dylan se sobresaltó y abrió los ojos mirando a su atacante con mínimo detalle.

-Me han convocado, solo me confundí de camino. -ella pronunció algo temblorosa pero había recobrado un poco la compostura.

-No creo que te pierdas en un lugar como este, niña. -el hombre presionó con su voz- No puedes errarle de una sala a un depósito.

Dylan tragó saliva. Había sido muy mala la idea de ir por su cuenta a recuperar un importante archivo que unos peones de Irwin habían robado.

-Volveré por dónde vine, no tengo nada que hacer aquí. -ella mencionó mirando el dedo índice del hombre que estaba sobre el gatillo.

-Pienso exactamente en lo mismo. -él respondió- Pero has visto demasiado, chiquilla.

La mano del hombre se tensó y supo que era el momento indicado para moverse. Con velocidad, corrió con la mano izquierda el cañón haciendo que el disparo fallara. Con la otra mano le dobló la muñeca y le quitó el arma de las manos. Todo en cuestión de segundos. Dylan le apuntó con el arma al hombre que ahora estaba frente a ella respirando algo agitada, sintió el control de la situación pocos segundos porque escuchó el sonido de un gatillo detrás de su cabeza.

Dylan cerró los ojos por un segundo y suspiró. Estaba frita, completamente sola. Si salía con vida de aquella situación, Jordan iba a darle un buen sermón, incluso podía castigarla. Los lobos se mueven en manada, uno que va por su cuenta pierde la fuerza en sí mismo y también debilita a los demás.

En ese momento vio a dos hombres más acercarse a ella, cada uno portaba su propio arma y del medio salió un hombre con el cual tuvo varios encuentros los últimos meses.

-Bajen las armas, muchachos. -ordenó- Yo la llamé.

Inmediatamente, todos cumplieron la orden excepto Dylan que seguía apuntándole al mismo hombre.

-Tú también, Mara. -el hombre volvió a hablar- No van a hacerte nada.

-Dile a todos estos hombres que se vayan. -ella dijo con voz autoritaria- No confío en tus hombre y tampoco en usted.

Irwin sonrió.

-Está bien, lárguense de aquí. -ordenó con calma.

Los escoltas salieron de allí dejándolos solos aunque Dylan tenía la sensación de que nunca iban a dejarlo solo. Ella seguía con el arma cargada y apuntándole a él, todavía sentía la adrenalina recorrer su cuerpo y, con ello, la desconfianza.

-Sé para qué viniste. -él volvió a hablar mientras se acercaba a ella- Aprovechaste el día en el que solo te convoqué a ti por esto.

Irwin sacó de su bolsillo una memoria USB a la que miró con dureza para que sus ojos vuelvan a los de él.

Addicted [l.r.h.] #1Where stories live. Discover now