42. Confesiones

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CAPÍTULO 42:

42. Confesiones

Luke parecía estar pedido en sus propios pensamientos. Dylan lo miró con cierta compasión, él parecía estar mal y ella no quería hacerlo sentir peor.

—Siempre aparecen las personas menos pensadas en los momentos más inoportunos, ¿no crees? —Dylan comentó y logró captar nuevamente la atención del rubio. La miró directamente a los ojos.

—Sí —esta vez, Luke logró sonreír de lado—, desde ese día comencé a amar el frío. Todo empezó por una estupidez mía, ella me encontró tirado inconsciente afuera de un boliche en medio de la nieve.

Dylan no pudo evitar reír. Para su sorpresa, Luke sonrió.

—¿Qué? —él preguntó en un tono gracioso.

—Se me vino a la mete una imagen tuya borracho tirado en la nieve. —ella mencionó todavía riendo, Luke se mostraba bastante serio y al decirle aquella escena no pudo evitar no encontrarle gracia.

—No es gracioso, se me entumeció todo el cuerpo. —él se defendió todavía con la sonrisa en el rostro.

—Es como que ya no podría verte en esa situación —ella comentó—, estás como muy... ¿inocente tal vez?

—De inocente no tengo nada —Luke aclaró—, he hecho cosas peores que esa, mucho peores.

—Oh, cierto que antes eras un chico malo. —Dylan intentó tomarle el pelo— ¿Qué se te dio por ser el señor correcto después de todo?

Dylan quería saberlo todo de él, el chico definitivamente le interesaba. Además, sabía cómo guardar secretos y, si no supiera hacerlo, de todas formas tendría que callar porque tanto uno como el otro tienen material con qué defenderse.

—Cometí el peor error de mi vida. —Luke se puso serio de repente y la miró fijo a los ojos— Desde entonces me dije que nunca más me iba a permitir volver a hacer algo así.

—¿Tan duro fue aquel error? —ella también dejó la gracia a un lado e intentó comprenderlo.

—La perdí por completo, Dylan. —su mirada era profunda— Ya la había perdido antes y perderla por segunda vez fue horrible, nunca sentí algo parecido en toda mi vida.

Nuevamente la tristeza había vuelto a sus ojos, incluso Dylan pudo ver como se le erizaba la piel.

—Lo siento —Dylan se sintió algo culpable al volver a hacer sentir de aquella forma a Luke—, yo no quería...

—No, está bien. —Luke suspiró y cerró los ojos por un par de segundos— Hace mucho que no hablo de ella, a pesar de que duela un poco recordarla, me hace bien. Por lo menos tener los buenos recuerdos.

Dylan sonrió y se quedó perdida en aquellos claros ojos azules, tenían algo que a ella le impactaba.

—¿Y tú? —Luke preguntó.

—¿Yo qué? —ella preguntó algo confundida.

—¿Lo extrañas? —esta vez, la pregunta de Luke la agarró de desprevenida. Sabía perfectamente a quien se refería, a Dylan le comenzó a latir el corazón más fuerte de tan solo pensar nuevamente en él.

—Te mentiría si te dijera que no —Dylan finalmente responde apoyando el codo sobre el espaldar del sofá y acomodó su cabeza en la palma de su mano—, pero muchas veces me pongo a pensar el por qué, ¿sabes? Siempre intento buscar una respuesta, una explicación que avale el hecho de que él no esté y no se sepa dónde.

—¿Encuentras algo? —él preguntó con el mismo interés por el que ella formulaba sus preguntas.

—No —Dylan suspira—, cada vez hay más y más opciones. Ya no sé qué diablos pensar.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora