27. Datos curiosos

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CAPÍTULO 27:

27. Datos curiosos

Dylan sonrió al leer el mensaje. No se había esperado que le respondiera tan pronto, se sentía como una tonta al reaccionar de esa forma ante un chico que el único interés que tiene en ella es que se largara del país.

"Por mi está bien."

Y se lo envió. Ya tenía una ¿cita? con Luke, ya ni sabía que podían hacer los dos solos si no estaban hablando de cuantos problemas resulta el uno para el otro.

—Vaya, realmente te gusta ese tipo, ¿verdad? —Calum le preguntó cuando la vio con su teléfono. Ella lo miró y sonrió.

—Me agrada, pero no es lo que tú piensas. —Dylan deja su teléfono sobre la mesa y se levanta de la silla— ¿Necesitas ayuda con algo?

—No, está bien. —él niega con la cabeza— Me gusta cocinar, lo hago solo.

—¿Quieres que vaya lavando los platos que ensucias? —ella se ofreció.

—En ese caso sí, puedes quedarte cuando quieras si vas a lavar los platos siempre. —Dylan rió y Calum se limitó a sonreír.

—Realmente se te ve mejor desde que asistes a ese grupo, parece que es bueno. —Calum mencionó mientras seguía cortando las verduras y Dylan encendía el grifo.

—De todas formas ya me siento limpia, no tengo por qué volver a las drogas, tampoco quiero hacerlo. —ella se encoge de hombros y después agarra el primer plato.

—Me alegra de oír eso, entonces, ¿para qué vas? —a Calum le gustaba saber de ella, no era un tema del que a Dylan le gustara hablar pero para el moreno, ella era un tema interesante.

—Le prometí a mi hermano ir, dice que yendo a ese grupo voy a estar mejor, quiere asegurarse de que no tenga una recaída.

—Te tengo fe, no pareces adicta —él menciona—. Ya sabes, de las que se ven arruinadas y no pueden vivir si no consumen.

—Lamentablemente era una de esas y fue horrible, no pienso volver a serlo.

Dylan recordó la primera vez que su cuerpo ansiaba consumir otra dosis, cómo la necesitaba con desesperación. Le había robado un poco de hierba a un chico que se había cruzado en el club y tenía la necesidad de consumir más. Ella había observado cómo uno de sus amigos robaba cosas de los bolsillos: dinero, celulares, billeteras, incluso marihuana y bolsitas de cocaína. Dylan se había puesto a prueba esa noche y terminó fumando tres porros ajenos y se sentía completamente ida, parecía estar en otro mundo y no le importaba absolutamente nada. Todo había cambiado cuando se encontró a sí misma en el apartamento de Jordan consiente de lo que había hecho la noche anterior. Jordan y Dylan habían vuelto a discutir, había sido una de las peores discusiones que habían tenido. Él odiaba verla drogada, mucho más en lugares como esos en donde cualquiera se podría aprovechar de ella, llevársela a cualquier lado e incluso jamás regresarla. Dylan se asustó, era la primera vez que había sentido miedo real por él, tenía miedo de que la lastime. Ella era una persona muy vulnerable, en ese momento había perdido mucho peso y era una chica de huesos livianos, con un movimiento brusco podría dañarla y aquella era la primera vez que sintió que él podía hacerle daño.

—Mi prima era adicta —Calum siguió hablando—, la cocaína le había consumido el cerebro, parecía una estúpida cada vez que la veía, incluso cuando no estaba drogada.

—¿Dejó las drogas? —nunca le habían nombrado otros casos de adicción que no sean dentro del grupo, el hecho de que un familiar de su amigo lo haya sido lo encontró interesante.

Addicted [l.r.h.] #1Kde žijí příběhy. Začni objevovat