9. Viejas raíces

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CAPÍTULO 9:

9.      Viejas raíces.

—    La verdad es que me sorprendió que un chico que apenas terminara de cumplir los dieciocho quiera librarse de esa adicción. —Michael seguía conduciendo hacia algún bar que había mencionado antes. Ahora Dylan estaba más interesada en saber lo de su compañero de colegio, y ahora, de grupo, que en el chico con el que estaba hablando. Además, si eso evitaba que hablaran de ella, era bastante favorable.

—    ¿Habrá contraído alguna ETS*? —preguntó como para responderse a sí misma. La verdad, es que es bastante extraño que un chico tan joven tenga la capacidad de darse a entender que tiene esa clase de adicción y se disponga firmemente a curarla.

—     No lo creo, en ese caso tendría otro tipo de tratamiento.

—     ¿Nunca lo habló en el grupo? Es decir, según me dieron a entender, Luke hace meses que va con ustedes.

—     No, ya te dije que es bastante callado, habla muy poco. Parece que no quiere que nadie lo llegue a conocer realmente, es un chico bastante raro. —Michael se encogió de hombros mientras estacionaba a pocos metros de un bar.

—     Vaya, parece que algo bastante jodido pasó en el medio. —ella lo dijo en voz alta pero para sí misma. Nunca había sentido interés en alguno de sus compañeros del colegio, siempre se relacionó con gente de afuera y tampoco era de las que hacía muchas amistades. En este caso era algo diferente, de todos modos, tenía que encontrar algo para entretenerse, meterse en la vida de un viejo compañero como él iba a ser bastante interesante.

Una vez que bajaron del auto, Michael le abrió la puerta y ella entró primero. Se sentaron en una mesa contra la ventana y Dylan parecía desconectada de todo. ¿Por qué sentía tanta curiosidad? También se puso a pensar que si ella sentía cierta curiosidad en una persona como Luke, que será de los demás que sientan respecto a ella. Dylan dejó mucha preguntas, dudas e incomodidades para muchos, tal vez tenía que ignorar su interés por el rubio. Si él no quería que nadie lo sepa, ¿por qué iba a decírselo? Era obvio que no iba a hacerlo, pero sentía muchas ganas de averiguarlo.

—     ¿Pasa algo con Hemmings? —Michael preguntó y Dylan salió completamente de sus pensamientos.

—     No, ¿por qué?

—     No dejas de preguntarme por él, supongo que tú lo debes conocer mejor que yo.

—     En realidad nunca llegué a conocerlo, si te soy sincera, a veces siento que ya no conozco a nadie.

—     Bastante raro escuchar eso de una chica de pueblo. —Michael se acomodó derecho en la silla y Dylan sonrió.

—     Podría decir que no soy la típica chica de pueblo.

El mozo había llegado a la mesa y ambos hicieron su pedido y siguieron platicando. Él había causado una buena primera impresión en ella, realmente le agradaba.

Dylan había evitado ciertas preguntas, hablar de ella misma no era algo que le agradara demasiado, mucho menos después de todo lo que pasó. Michael resultó ser un chico bastante solitario, se escapó de su casa a los dieciséis y no tenía muchas amistades en dónde vivía. Años después se fue de Portage para vivir en Black Earth, alejarse de todo, empezar una nueva vida.

—     Todavía no se tu apellido, tú si sabes el mío. —él le sonrió antes de darle un sorbo a su café.

—     Rääk, Dylan Leighton Rääk. —ella ya había terminado el café y las tostadas y simplemente lo miraba. Su nuevo compañero tenía unos ojos que a ella le atraían demasiado.

Addicted [l.r.h.] #1Where stories live. Discover now