GATO: Deséalo y perderás [+18] ✔️ (COMPLETA)

D O S | P R E P A R A D A

«Era hora del combate y todos sabían como acabaría»

Gato.

Londres.

Observé a Carlo, quien me daba instrucciones después de 2 días completos encerrada en un edificio aprendiendo en tiempo récord todas las cosas que tenía que conocer para adentrarme en ese mundo.

La sangre fría que tenía ese hombre me sorprendía por completo.

Lo he escuchado hablar como 10 veces en estos días y por cada tiempo que pasaba con Carlo, más me parecía un hombre lleno de secretos. Quizás su trabajo como infiltrado lo había convertido en aquello que muchos temían. O quizás era así de nacimiento. En todo caso, me seguía mirando como si no mereciera estar en este lugar, como si el trabajo debía habérselo dado a otra persona.

Pero yo era la persona indicada para el puesto, a pesar de lo sorprendida que me encontraba todavía por haber recibido esta oportunidad con uno de los casos más difíciles e importantes.

Carlo, que llevaba una camiseta negra con mangas cortas, dejándome ver algunos de sus tatuajes, me observaba con esa pasividad que le describía ante lo poco que lo conocía.

—Ya sabes todo lo que necesitas saber —dijo y asentí mientras tomaba mi única maleta—. ¿Estás preparada?

Volví a asentir, desabrochándome el cinturón.

—Si.

Miré el barrio que parecía conflictivo. En ese momento, 2 hombres pasaron al lado del coche y, sin ningún problema, se pasaron la droga a medida que iban caminando. Sin importarles que alguien los viera.

Por el rabillo del ojo vi como Carlo sonreía divertido por mi expresión de policía que puse y traté de cambiarla. Para infiltrarme, tenía que aprender a ignorar todas esas cosas.

—Este será tu piso. —Señaló el edificio de ladrillo algo viejo que tenía cerca, con una escalera de incendios. Poseía un callejón que seguramente habrían pasado miles de cosas ahí—. No utilizarás teléfonos móviles inteligentes, nada de internet, solo este desechable que cambiaremos una vez al mes. —Me entregó el móvil Nokia más viejo que había visto en años y, una vez en mis manos, lo miré mejor—. Las llamadas que recibas o hagas tendrán una duración de 5 minutos, ¿vale? Ni un minuto más —contestó. —Cada vez que sepas algo, quedaremos en un punto muerto.

Volví a mirar a Carlo a los ojos y luego al barrio. Empecé a pensar que quizás no estaba del todo preparada para todo esto, pero ya no podía echarme atrás. Debía demostrar que servía estar en la policía. Y aunque no iba a ser fácil, daría lo mejor de mí para poder hacer justicia.

—Esta noche será cuando te infiltres allí. No habrá vuelta atrás. Y recuerda, ahora eres Lisa Campbell —concluyó Carlo.

Lisa Campbell, una chica que no acabó los estudios en la universidad y por ello, trabajó de camarera por unos años hasta que la despidieron por escupirle en la bebida de un cliente que no le caía demasiado bien.