D I E C I S É I S | A F R O D I T A

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«Me escondía muchas cosas y era difícil poder conocerla realmente

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«Me escondía muchas cosas y era difícil poder conocerla realmente. Pero yo no era de los que se rendían»

Gato.

Ambos entramos en el ascensor que nos llevará al sótano, donde se celebraban las peleas ilegales que organizaba Magnus.

Esa noche le tocaba luchar Serpiente. Jamás lo había visto peleando, ya que mi trabajo era solo ayudar a Gato, pero mi compañero Cronos me recomendó que no solo fuera los días en los que solo peleaba Gato. Donde más información tendría sería también otros días de la semana y eso era también parte de lo que hacía esa noche. Pero mi preocupación por Gato aumentaba sabiendo que cosas podría llegar a hacer si lo dejaba solo.

Como fue en este caso.

Así que lo miré por unos segundos fugases y vi como la camisa que se había puesto él le quedaba apretada en su duro y musculoso cuerpo. Me preocupé al ver algunas de sus heridas que se encontraban en su frente, pero lo que ya había pasado ya estaba. No podía obligarle a nada, lejos de que no me gustase lo que hiciera. Era peligroso para él y yo estaba ahí para protegerlo, para proteger a las víctimas. Y Gato era una víctima más con la que empezaba a sentir algunas cosas.

Cambié mi mirada para observar como los números del ascensor cambiaban. Me estaba empezando a poner nerviosa en ese ascensor, quizás por como me sentía cada vez que estaba al lado de este hombre, pero había algo más que no comprendía.

Muchas veces, algunas personas me decían que tenía un sentido para captar la mala suerte, las malas vibras de los lugares. Este lugar siempre, desde la primera vez que lo pisé, sentí un mal sentimiento por mi cuerpo, pero hoy... Solo esperaba que fuese unas simples ideas paranoicas de las mías. Quizás al ver hoy a Gato tan mal herido me hizo sentir de esa manera.

Entonces, cuando volví a mirar a Gato, le pillé mirándome algo angustiado. Me estaba observando la frente, donde todavía podía verse un poco la herida de la segunda prueba, pero apenas era visible por el maquillaje.

Al verlo así, quise tranquilizarlo.

—Estoy bien —susurré con dulzura y él asintió, pero sin contestarme.

Las puertas del ascensor se abrieron y él no se movió, esperando a que saliera del ascensor y él me siguió a mi lado, como si fuese mi escolta. Pero lo cierto es que, si Gato supiese quien era yo realmente, quizás ni me miraría a los ojos. Y eso era lo que más temía.

Traté de visualizar a Serpiente, pero no lo vi y a quien si me encontré fue a una asustada Afrodita, la cual tenía el ojo morado e hinchado por una reciente paliza que había recibido.

Abrí mis ojos por completo y me alejé de Gato al verla, para acercarme y saber que es lo que había pasado.

Al pasar a su lado, ella me miró, sorprendida de verme y yo coloqué una de mis manos sobre su mejilla, en el lado amoratado y Afrodita trató de aguantar las lágrimas frente a mí. Y en ningún momento la vi llorar.

GATO: Deséalo y perderás [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora