➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟐 ᘒ ꒦ 🜸

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He visto a Johnny muchas veces completamente manifestado, pero aquí, ahora, sin nadie de la manada cerca, resulta una visión aterradora. Es más alto y grande que en su forma humana. Los músculos y tendones se tensan bajo una interminable extensión de reluciente piel negra. Sus enormes alas parecen casi de cuero. No son lienzos sedosos y frágiles como los míos.

Me balanceo sobre los talones y respiro hondo, dejando que mi incendio interior se intensifique, preparándome para defenderme a mí mismo y a Jeno. Percibo que, a mis espaldas, Jeno se pone en pie inestablemente, y deseo que se hubiera quedado en el suelo. La mirada negra purpúrea de Johnny se dirige de inmediato hacia él: es un depredador hambriento, listo para atacar. Sus alas baten tras él y suelta aire entre los dientes.

-¡No te acerques! - Bramo yo.

Johnny ladea la cabeza, como si oyera algo en la distancia, y dice en nuestra lengua gutural: -Vienen para acá. - Entonces yo aguzo el oído y también lo capto. La voz de Yeonjun, y la de los demás, bajando, buscándonos.

Johnny ordena con otro resoplido: -Debemos irnos. Ahora mismo, Jaemin. - Haechan nos observa, extrañamente callado. Comprendiendo que estoy a punto de marcharme -probablemente para siempre-, Jeno me agarra la mano y me obliga a girarme hacia él, con expresión feroz.

-No, Jaemin, no lo hagas. Ni lo pienses siquiera. No te vayas con él. - Me aprieta más la mano con cada palabra. Su imagen se vuelve borrosa y yo pestañeo contra las lágrimas, intento contener los sollozos que me suben por el pecho.

-No dejaré que...

Las palabras llegan hasta mis labios, pero no las pronuncio. «No puedo quedarme, Jeno. Ahora no. Lo lamento, lo lamento muchísimo». Ojalá pudiera decírselo. Ojalá él pudiera entenderlo. Sin embargo, es como si me hubiera oído.

-¡No, Jaemin!

Su mirada se desvía hacia donde está Johnny y enseña los dientes. -Vas a marcharte con él. Vas a regresar con la manada. - Lo dice como si me encaminara a la muerte. Y supongo que, en cierto modo, irme con Johnny supone eso.

-¡No! - Grita Haechan desde un lado, como si acabara de despertarse de un sueño y empezara a comprender la situación. Yo sacudo la cabeza y acaricio el rostro de Jeno con dedos dorados como el fuego, intentando tranquilizarlo.

-No dejaré qué él se quede contigo. - Asegura Jeno. Johnny da un paso hacia nosotros, amenazadoramente, gruñendo en lengua Draki, aunque Jeno no puede entenderla.

-Tú no tienes ni voz ni voto en esto, humano. - Espeta. Y luego desvía la vista hacia mí, sus ojos inyectados en sangre, y, a pesar de su promesa de no forzarme a hacer nada en contra de mi voluntad, siento cómo me va invadiendo la inquietud al ver el oscuro sentimiento de posesión que refulge en su mirada. Jeno también lo ve, y se separa de mí y avanza hacia Johnny con pasos renqueantes.

-Él no te pertenece. - Masculla, amenazador. Johnny advierte entonces lo que yo ya he advertido. La sangre morada que le baja a Jeno por la cara, goteando como tinta de un bolígrafo. La ve. Lo comprende, sabe que Jeno no es un humano común y corriente. Yo contengo la respiración, esperando que no reaccione...

Con un rugido, Johnny carga contra Jeno. De un salto, me interpongo entre ambos antes de que colisionen, y pego una mano en el pecho de cada uno, notando cómo sus corazones laten desbocados contra mis palmas.

-¡Paren! ¡Los dos! ¡Johnny, no! - Jeno me aferra la mano, la aprieta contra su corazón mientras me mira vehementemente con su cara ensangrentada. Yo pestañeo y aparto la vista, incapaz de mirar toda esa sangre morada... La prueba de la vida que su padre arrebató por él. Johnny emite un sonoro gruñido. Yo levanto un dedo a modo de advertencia, como si eso bastara para disuadirlo de despedazar a Jeno. Entonces oigo que gritan mi nombre. Y el de Jeno. Cada vez más cerca. Jeno mira en la dirección de las voces, claramente alarmado.

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