2do libro de la saga Four Chips.
La música despierta miles de emociones que en muchas ocasiones son difíciles de describir con las palabras. La música es para sentirla. Cuerdas, tambor, teclas, viento y voz, elementos importantes para que la música...
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No todo fue sobre nosotros, siempre teníamos que pensar en alguien más.
—Emine.
Christopher James.
Bebo un sorbo de mi whiskey aún arrojado sobre el sofá. La chica castaña se había ido y sin poder evitarlo la extrañaba. Su compañía me hacía sentir bien, diferente, su pequeña sonrisa o sus múltiples sonrojos despertaban una calidez en mí que no quería dejar atrás. La chica castaña es simple, pero tiene un lado interesante que quiero explorar más.
Sin poder evitarlo me golpeó mentalmente, no es momento de pensar en mujeres, mucho menos en la amiga de Faith. No es correcto y mucho menos en esta situación.
Resoplo, me impulso con mi espalda y en un santiamén estoy saliendo del sofá. Me siento un poco mareado, no había comido, por lo que el alcohol había sido digerido mucho más rápido. Cómo le había dicho a la chica castaña no estaba ebrio, sin embargo, no estaba del todo sobrio. Emprendo el camino hacia mi habitación, pero la puerta principal es nuevamente abierta. Extrañado miró en dirección al ruido encontrándome sorpresivamente en fila a mis tres amigos.
Dustin come una manzana como usualmente lo hacía, por lo que sé que las cosas con él están medianamente bien. Mark obviamente no estaba con Vanessa sino que está en carne y hueso caminando hasta el centro de la sala. Por su parte, Frankie está aquí y a la vez no, puedo notarlo con el solo hecho de ver su comportamiento, está distraído, no está enojado, pero no tengo que ver sus ojos para saberlo, Frankie está destruido.
Frankie siempre había bromeado con Faith, pero mi hermana nunca se sintió cómoda a su lado, tenía un platónico con uno de mis mejores amigos y ella eso lo veía mal, por lo tanto, trataba de permanecer lejos de él. Frankie entendió el mensaje y dejó de molestarla, pero había algo que brillaba en los ojos de Frankie cada vez que su mirada chocaba con la de ella, o cuando Faith sonreía, Frankie movía sus piernas nerviosamente y se encargaba de distraerse con cualquier cosa que pusiera su atención fuera de ella. Podría gustarle, pero Frankie no era material de novio, mucho menos para alguien como Faith que venía con un equipaje tan gigantesco como el mío.
—¿Qué hacen aquí? —inquiero un poco a la defensiva, no queriendo encararlos en este momento.
—Decidimos venir a decirte que te perdonamos por ser un mentiroso—Dustin mordisquea su manzana y después de tragar el pedazo en su boca sigue hablando—, nos ofende que no nos hayas dicho tu primer nombre y que tampoco nos mencionaras que estuviste a punto de ir a prisión, pero te perdonamos porque te queremos.
—Ehm, ¿gracias?
—Yo dije que iba a perdonarlo con condiciones—protesta Frankie siendo como es él, pero su tono era más serio de lo habitual. Su mirada fija en mí y su ceño fruncido me lo confirman—. Tengo condiciones para perdonarte.
