Capítulo 23.

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He conocido personas únicas en toda mi vida

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He conocido personas únicas en toda mi vida. ¿Tu madre? Quizás es la rareza más grande con la que me he topado, Emine.
—Chris.

Emine Murphy.

Mi madre me estaba avergonzado, no podía creer que la mujer que me había dado la vida estaba actuando como una adolescente. Prácticamente les exigió a los chicos que se sentarán a cada lado de ella luego de que Frankie—que fue confundido por Dustin en u8n principio—, fuera olfateado de una manera extraña por mi progenitora. No sabía en dónde meterme, mi padre mucho menos, aunque en sus ojos estaba claro porqué él estaba aquí.

Nunca he sido parte de la prensa rosa, a pesar de ser parte de la socialite americana—por obligación y no por gusto—, era normal que las chicas de mi entorno estuvieran en primera plana por alguna locura que hicieron o por con quiénes estaban. Solo estuve una vez en una revista y fue cuando Dustin Mcfly oficializó su noviazgo conmigo. Nunca había sido parte de un escándalo, hasta ahora.

Mi mamá hablaba sin parar, tanto Frankie como Christopher trataban de seguirle el hilo, nunca borraron las sonrisas de sus rostros y lo agradecí. A mamá de verdad le encantaba ellos, no lo creía posible. ¿Tan encerrada en mi mundo estaba que nunca vi la obsesión de mi madre? No, esto era otra cosa. Mamá hablaba de sus bombones canadienses, sin embargo, nunca mostró tal emoción por ellos hasta ahora.

—¡Traje muchas cosas para que me firmen!

Oh por favor, no.

Esa es mi señal para detener todo esto.

Muerta de la vergüenza me acerco a mamá quien ya estaba sacando una camiseta de su bolsa. Se la arranco de las manos y ella me mira confundida para después pasar a molesta.

—¡Bebeğim!

—Mamá, mi habitación, ahora.

—Pero...

—Ahora, mamá—Ella hizo una mueca, pero finalmente se levanta de su asiento. La tomo de la mano y la arrastro hasta mi pequeña habitación mientas ella mira con anhelo a los chicos en el sofá—. Papá, tú también.

—Pero yo no hice nada.

—Papá.

—Bien, pero que este no se vaya—señala con el ceño fruncido a Christopher—. Tengo algunas palabras que cruzar con este jovencito.

—Umm no me moveré de aquí, señor Murphy.

Cuando finalmente tengo a mi madre descontrolada en mi habitación suelto un suspiro de alivio. Tanto ella como papá se sentaron uno al lado del otro sobre mi cama, me miraban atentos, esperando por lo que tuviera que decir, pero nada salía de mi boca.

—Es una sorpresa tenerlos aquí tan pronto—balbuceo al final.

—¿Es eso, bebeğim? ¿Para eso estamos aquí? ¿Puedo volver con mis bombones canadienses?

CHRIS | Four Chips #2Where stories live. Discover now