El 3 de febrero del año 2498, Japón, China, Rusia y Estados Unidos estrecharon sus manos para crear la Alianza 5Vision, también conocida como Tercer Ojo.
El plan era que esos cuatro países, trabajando juntos, gobernaran el mundo entero a su antojo...
Los humanos dejaron de ser humanos en el preciso instante en que el cielo desapareció.
Guerras tras guerras, durante siglos, en busca del poder absoluto. Podría justificarse, es parte de la naturaleza humana querer evolucionar; pero también lo es el esfuerzo máximo por sobrevivir a todas las situaciones que se presenten. Solo una mente depravada, maquiavélica y guiada por la mismísima oscuridad puede querer asesinar a su propia raza, en lugar de unir fuerzas para alcanzar la grandeza. Esas mentes enfermas dominaron el mundo desde tiempos inmemoriales, derribando barreras, acercándose a los límites de la maldad, arrasando con todo lo que encontraban a su paso.
El cielo desapareció en uno de esos procesos en los que las mentes oscuras dominaban con más presencia de la habitual. Guerras, no solo por territorios, no solo por enemistades. Guerras por nada más que simple diversión, porque ya ni siquiera se tomaban la molestia de buscar una excusa para derramar sangre por los caminos, manchando la Tierra en todos los sentidos en los que pudo ser manchada. Las personas se volvieron violentas, posesivas, ambiciosas. El caos reinó más que nunca, consumiendo a todos aquellos que se quedaban sin fuerzas para seguir aferrándose a la luz. El mundo comenzó a destruirse, y la oscuridad se extendió más allá del planeta.
Las constantes luchas entre individuos, familias, calles, barrios, costas, ciudades, departamentos, estados, provincias, naciones, regiones, continentes y hemisferios crearon la mayor contaminación que se había visto hasta el momento. Fue en ese entonces que las capas que protegían a la Tierra se desintegraron, por su maldad los habían abandonado. El Sol comenzó a quemar, los haría desaparecer a todos, con toda la ira que un cuerpo de tal tamaño podía contener.
Los pocos que se aferraban a la luz lograron unirse y despertar a una gran multitud de aquellos que habían sido adormilados por la oscuridad. Y los individuos, familias, calles, barrios, costas, ciudades, departamentos, estados, provincias, naciones, regiones, continentes y hemisferios trabajaron para crear la MOPP, una nueva capa de protección lo suficientemente sólida para apaciguar al Sol, lo suficientemente oscura como para ocultarlo.
Pueden decir que los humanos dejaron de ser humanos hace mucho más tiempo, nadie se atrevería a contradecirlos. Pero, durante siglos, aquellos de mentes oscuras seguían mirando el cielo cada vez que podían, buscando escapar de ellos mismos; quienes aún estaban en luz, lo miraban con la esperanza de mantenerse en el camino correcto. Y cuando el cielo desapareció, ya nadie lo miró.
Los humanos dejaron de ser humanos en el preciso instante en que el cielo desapareció. La guía se perdió con él.
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¿Han notado que al cubrirse los oídos se puede oír? Un ruido extraño invade nuestro campo auditivo cuando nuestros dedos bloquean el paso de las ondas hacia nuestro interior. Se oye como una gran explosión a la lejanía. ¿Será, entonces, ese el ruido de nuestros adentros? ¿Así es como suena nuestro propio caos?
Zhi cubría sus oídos ante el aturdidor escándalo de la alarma que perturbaba el impenetrable silencio de la sala. Pero lo que escuchaba en su interior era insoportable, porque era ella misma, y no lograba reconocerse. Estando de pie mientras la sangre recorría lentamente los pisos, rodeada de cadáveres que eran iluminados y vueltos a desaparecer, una y otra vez, por las luces rojas que se movían de un lado al otro en señal de alerta, no lograba encontrar su guía, había perdido el camino que debía seguir. Las voces gritando su nombre estaban encapsuladas, no podía reconocerlas, y no le importaba; era todo, debía pagar por lo que había hecho.
