Capitulo 20 parte 2

10.4K 412 14
                                    

{Lauren }...


Creo que éste trabajo es el trabajo de mis sueños.

Lo único que hice en todo el día fue llamar a dos tipos, pedir equipo de computo, cámaras y no sé que otra cosa y firmar un contrato que ni siquiera leí para un comercial. Mi papá me había dicho que leer los contratos no era del todo necesario porque los clientes pensaban que nosotros leíamos cada parte meticulosamente y no nos hacían estafas o algo. Por lo menos es lo que él creía. De cualquier forma, era genial saber que ahora mi firma valía algo, quiero decir, con el contrato que firmé le di empleo como a quince personas, eso era algo genial. Ademas de llamar gente y firmar cosas, acudí a una junta directiva donde no puse atención a nada y pasé la demás parte del día tumbada en mi elegante sofá negro frente a la pantalla de plasma jugando videojuegos, y hablando con Camila por celular.

¿Lo entienden ahora? Trabajo perfecto, no podía pedir otra cosa.

Necesitaba exterminar a tres aliens muertos más y eso era todo, estaba a casi nada de pasar la misión más difícil e importante que como guardia intergaláctica nivel 30 había echo alguna vez cuando tocaron la puerta de mi oficina y apagué el televisor rápidamente. Odiando a la persona que me hizo apagar el juego cuando estaba apunto de ganar.

—Pasa —dije entre dientes, sentándome profesionalmente como si no hubiera estado hacía un segundo acostada con las piernas abiertas y jugando videojuegos. Cuando vi a Hillary entrar me puse de pie para que no se le ocurriera sentarse a mi lado y restregárseme—. ¿Que pasa, Hil C?

—Nada importante, LJ —dijo con su voz baja, según ella muy sexy y profunda, dando un paso dentro de mi oficina.

Traté de verdad de no reír a carcajadas cuando me dijo "LJ" ni de burlarme cruelmente por eso. Ella había insistido en que tuviéramos apodos "geniales" entre nosotros, no sólo insistió, casi amenazó con renunciar y demandar a la empresa si no la llamaba "Hil C" y ella me llamaría siempre "JB" porque en su retorcidamente eso sonaba genial. Me llamaban así cuando iba en el segundo grado de la primaria, Hil C era extremadamente anticuada. Era una lastima, la chica apenas tenía 21 años y mis tías de 40 eran más graciosas.

—Sólo venía a saludar. Yo no estoy haciendo nada y tú claramente tampoco, así que...

—Sí, bueno Hil C... —caminé hacia atrás disimuladamente, recargándome contra mi escritorio—. En realidad estaba en una misión muy importante.

—Oh, mi heroina —bromeó, acercándose a mí cada vez más, siendo tan discreta como un elefante pasando a hurtadillas por una habitación. Fruncí el ceño y reí falsamente. Y no pude evitar maldecir mi suerte, porque maldita sea, nunca una mujer como Hillary se me arrimaría así si yo no tuviera una novia como Camila y dos hijos. Eso nunca pasaría si yo fuera sólo alguien normal que pudiera tomar ventaja.

—Guardia intergaláctica nivel 30, de hecho —la corregí, cogiendo de mi escritorio una pluma azul y haciendo como si fuera la cosa más interesante que hubiera visto en mi vida para no ver su cara—. Guardia intergaláctica nivel 31 si no me hubieras interrumpido... Ja, ja.

—Bueno, como sea —se encogió de hombros, pasó todo su cabello rubio para un lado dejando su cuello desnudo y se acercó a mí para que yo lo viera, y luego tocó mi mano "accidentalmente" cuando trató de tomar mi pluma—. Esa es una pluma muy bonita, LJ.

—Sí, lo sé —asentí, tratando de ignorar su mano en la mía, y dándole cinco segundos para que la quitara. Si no lo hacia ella yo lo iba a hacer, tratando de no hacerlo muy obviamente—. Oye... ¿No hueles eso?

—Umh, creo que sí —murmuró sin quitar su estúpida mano, se acercó tanto a mí que su muslo rozó el mío y echó su cabeza del todo hacia el lado izquierdo para que su cuello pálido quedara del todo al descubierto. Ella era un poco más alta que Camila pero aun así seguía siendo bajita para mí, así que tenía que poner su cabeza en un ángulo demasiado extraño y antinatural para que yo tuviera una "sexy" vista de él—. Es mi perfume.

—No... —la empujé suavemente—. Huele como a mierda, no creo que sea eso.

—Ah —masculló con los dientes apretados y parpadeando rápidamente, ofendida.

—Sí, es muy fuerte, deberíamos de... no sé, ventilar esto —caminé hacia la pared de completo cristal y abrí la mitad de ella, para que se saliera el supuesto olor.

—Yo no huelo nada.

—Sí, bueno, quizás es porque estás muy cerca de ese lindo perfume tuyo, seguramente lo bloquea para que no llegue a tu nariz. Yo no llevo nada, así que yo sí lo huelo.

Creo que nunca he sido muy buena para actuar o inventar cosas bajo presión.

—¿No llevas perfume? —preguntó, con su confianza renovada y levantando una ceja hacia mí—. Hueles demasiado bien como para no llevar nada, tienes que jurarlo.

—Um, es en serio —miré incómodamente hacia la izquierda. La única cosa que llevaba con olor era un desodorante Playboy que Camila escogió para mí. 

Camila, la única mujer que se me podía arrimar y ofrecerme sus servicios. Cosa que no ha echo mucho, pero sé que lo hará.

—¡De ninguna manera! —chilló con una sonrisa muy grande y caminó hacia mí directamente. Oh, no. Aléjate, demonio—. Debo comprobar eso...

—No creo que... —pero antes de que pudiera decir nada Hillary ya tenía su nariz en mi cuello. Me estremecí y la traté de alejar de nuevo. Y luego, como una ayuda de Dios, su teléfono sonó, haciéndola gruñir contra mi piel—. Oh, el teléfono... deberías de ir a atender, chica... ¡Ve, haz eso que haces tan bien, contesta él teléfono! No deberíamos de descuidar el trabajo ¿cierto?

—Sí —murmuró molesta y caminó hacia fuera de mi oficina rápidamente.

En cuanto salió cerré la puerta y esperé que fuera una llamada larga de su madre, de algún pariente lejano o algo importante. En verdad no me gustaba que fuera así. Quiero decir, amaría tener su atención si no tuviera ya una novia. Pero la tengo así que, pues, supongo que Hil C tendrá que buscarse a otra tipa para olfatear.


{}


Después de sólo siete minutos más o menos, Hillary volvió a tocar mi puerta. Puse los ojos en blanco con coraje.

—Pasa —dije sin ganas, y ni siquiera me levanté del sillón esta vez.

—Um, Lauren , hay una chica buscándote ¿Tu hermana, quizás? —preguntó Hillary en la puerta, luciendo de todo menos contenta. Fruncí el ceño confundido y antes de que le pudiera contestar algo, alguien la empujó y se abrió paso en mi oficina.

—Su novia, de hecho, como te mencioné unas cinco veces —dijo Camila, dándole una mirada a Hillary de lo más cruel y femeninamente amenazante.

—Disculpe, señorita, es sólo que la señorita Jauregui nunca la mencionó antes, y usted luce tan pequeña que no me lo imaginé —repuso Hillary con falso profesionalismo y una mirada de inocencia. Oh, no.

Cuando Camila estaba embarazada no soportaba que alguien la llamara señora, "sólo tengo 17 años, por el amor de dios, soy una maldita niña" decía ella. Pero ahora que ha vuelto a su estado normal, con un poco más de desarrollo natural (me refiero a sus senos tamaño plus size) se pone toda ofendida cuando alguien recalca que parece una niña "¿de qué hablan? Soy una mujer ahora. Lo soy. Ni siquiera tengo cara de niña ¡¿qué les pasa?!" Entonces, la conclusión aquí es que uno se tiene que callar y no hablar de cómo luce ella.

—Sí, bueno, lo que pasa es que ella se ve mucho más mayor con traje —se rió Camila acercándose a mí. Y maldita sea que no había notado cómo venía vestida. Ella es siempre sexy, siempre lo es, incluso cuando se pone su pijama. Pero esa falda ¿de donde salió? ¡Hola, piernas! ¿Y esa blusa? Dispárenme ahora, sus pechos lucen... perfectos. Perfectos. Ella es perfecta. No luce como una niña en lo absoluto—. Sólo tiene diecinueve años, sabías eso ¿cierto?

Cuando menos lo pensé las manos de Camila estaban en mis hombros, bajando por mis brazos hasta mi pecho y luego pasándolas por debajo de mi chaqueta. Y todo eso frente a mi secretaria, y yo sólo estaba quieta ahí dejándome tocar.

—Oh, por supuesto que lo sabía. Es el bebé de la oficina... ¿Y usted cuantos tiene? —preguntó, con una sonrisa aterradora en su cara—. Espera, déjame adivinar ¿15? No, no ¡16!

—Para nada, cariño —rió Camila de nuevo, ahora abrazándome de lado y volteando para Hillary, pero con una mano traviesa sacando mi camisa de mis pantalones por mi espalda—. Tengo 18 ¿Y tú? Umh ¿25?

—21, en realidad...

—Bueno —murmuró Camila interrumpiéndola, cuando su mano ya estaba tocando mi espalda y yo estaba medio temblando por eso— ¿Nos darías un momento a solas, linda?

—Y no pases ninguna llamada ni nada ¿Si, Hillary? —añadí cuando ya estaba apunto de salir.

—Por supuesto, Lauren .

Algo malo pasó, porque en cuanto la puerta se cerró, Camila dejó de acariciarme la espalda y dejó de sonreí, ella simplemente se alejó de mí y empezó a recorrer la oficina, viendo todo sin decir ni una palabra.


{Camila}


Odio a Hillary.

Ella fue toda una tremenda perra conmigo cuando llegué, y sólo entramos con Lauren y se convirtió en señorita simpatía. Y Lauren no le había dicho que tenía novia. Tiene a esta rubia guapa que usa ropa sexy de secretaria, joven y "simpática" y no le había contado eso. Entonces supongo que tampoco sabe que tiene dos hijos.

—¿Qué pasa? —preguntó Lauren segundos después.

—Estoy viendo alrededor... —mascullé sin mucha importancia y sin verla a los ojos. Y creo que parte de mí estaba medio nerviosa por lo que en realidad había ido a hacer. Seducirla. Otra vez. Bueno, la última vez cuando Lucy y Normani querían que lo hiciera en realidad no lo hice, sólo tuve una crisis emocional y "lo violé" como dice Laauren . Pero, no hubo en realidad seducción. Y ahora ya no quiero hacerlo.

—¿Te gusta? —preguntó de nuevo, incomoda.

Era la oficina más bonita que había visto. Bueno, la única en realidad. Tenía una pared gigante de puras ventanas, y se podía ver perfectamente para fuera pero de desde fuera no se veía nada, sólo funcionaba como espejo. Tiene un escritorio enorme de madera negra, súper elaborado y con un montón de papeles sobre él. Una computadora Mac, de las grandotas. Un sillón gigante negro, como los que tenía en el apartamento pero más grande y una televisión delgada más grande de la que compró para nuestra habitación, aunque pareciera imposible.

—Es genial —murmuré y regresé la vista a ella, que me veía con el ceño fruncido— ¿que pasa?

—¿Conmigo? Nada. No quiero preguntar a qué vienes porque sonará grosero o como si no te quisiera aquí, pero de verdad no sé que haces aquí. No habías querido venir antes.

—Creo que las oficinas son deprimentes —repetí lo que siempre le decía— sólo quería venir a saludarte ¿está mal? Puedo irme si quieres.

—No es eso, lo sabes —puso los ojos en blanco y sonrió, abriéndome los brazos para que me acercara a ella. Nos sentamos en el sillón, más cómodo de lo que esperaba y nos abrazamos ahí un rato, hasta que sentí algo enterrándose en mi cadera y lo saqué, enseñándole el control a Lauren — oh, es mi control de xbox... ¿sabes? este era un lugar aburrido hasta que me compré un xbox. Ahora es un escape para los videojuegos, es lo que hago en todo el día.

—Obvio —me burlé, acomodándome a su lado de nuevo—, la gente usualmente trabaja en las oficinas, y luego estás tú, jugando con tu caja todo el día.

—Xbox —corrigió poniendo los ojos en blanco—. Oye, creo que me gusta esta falda.

—¿Sí? —pregunté con voz dulce mientras ella pasaba sus dedos por mi muslo derecho— ya sabes, te la puedo prestar en cualquier momento.

—Genial. Justo estaba pensando en ir una fiesta este viernes, ahora con esa falda todos van a estar detrás de mí —bromeó guiñándome un ojo— por cierto, es verdad acerca de la fiesta. Es de un compañero de Kevin o algo así.

—Bien. Diviértete.

—Tú vas a venir conmigo, tonta.

—Uhm, no. Alguien tiene que cuidar a tus hijos.

—Hay en este momento más de diez mujeres que pueden ser tus niñeras gratuitas. Y además quiero... quiero pasar un rato contigo. A solas.

—Estamos pasando un rato a solas ahora mismo, bebé —le dije encogiéndome de hombros y mirándola inocentemente, como si no supiera a lo que se refería.

—Camila, me refiero a... un rato... a solas —trató de explicarme, moviendo las cejas y abriendo los ojos tratando de dármelo a entender. Esto es tan gracioso.

—Aha... —asentí, aun con esa mirada de inocencia, y le sonreí recalcando que estábamos a solas, pero Lauren sólo gimió y miró al techo un segundo.

—Quiero decir... como pareja. Un... rato. Ya sabes —murmuró de nuevo con esa mirada suya. Y yo traté de no reír por eso ¿que tan difícil era decirme que quería tener sexo conmigo? Digo, tenemos dos hijos. Es normal.

—Lauren —puse una mano en su hombro y me acerqué mas a ella— no te entiendo, estas diciendo ¿como una cita? ¿Ir a cenar?

—Sí, una cita.

—Nunca... nosotras hemos tenido una cita de verdad —me di cuenta de repente, mirándola tristemente. Esto es malo— hemos estado juntas por un montón de tiempo, tenemos dos hijos ¡Y nunca hemos tenido una maldita cita!

—Camila, no sé si recuerdes que nunca fuimos nada más que mejores amigas hasta que me violaste esa noche y me embarazaste... ¿que tan difícil era conseguir un condón, eh? Y bueno, cuando regresaste estuvimos todo el tiempo con el embarazo, y ahora estamos todo el tiempo con los niños.

—Tienes razón, podemos ir a una cita este viernes —le dije asintiendo, y ella sonrió como si por fin yo hubiera entendido lo que me estaba tratando de decir—. Sí, podemos ir cenar a un lugar elegante y luego... regresar a casa con los niños y ya.

—Pero... um, no has entendido lo que quiero decir ¿o sí?

—¿Lo de la cita? Claro.

—No, Camila, no sólo la cita. Quiero que... pues eso —su mirada desesperada me hizo reír fuertemente— lo sabías desde el principio ¿no? Eres una bruja.

—Eres tan lindo pequeña —me burlé, levantándome de su lado y poniéndome como si nada sobre su regazo, ignorando su risa sarcástica y agachándome para besar sus mejillas y su cuello— quieres que hagamos el amor otra vez ¿es eso? Ha pasado un largo tiempo...

—Largo, largo tiempo —estuvo de acuerdo, suspirando bajito y pasando sus manos fácilmente por debajo de mi falda— las primeras veces por lo general son un fiasco. Yo ni siquiera recuerdo la mía.

—No fue un fiasco —repuse, mirándola mal. Sí, me dolió como el infierno al principio, pero después... no.

—Me comparaste con un pepino violador.

—Si eso no es un buen cumplido, no sé que lo sea.

—Eres una tonta —se rió, besando mi cuello.

Okay yo lo siento por abandonar la novela 15 dias, pero con todo lo de zayn en 1D y eso realmente me senti triste, aparte me fui a Veracruz 6 días, por lo tanto no tenia internet y no podia subir cápitulo. Pero algo bueno salio de esto como no tenía internet y no podí ir a la playa por que estaba en mi periodo (lo se ironico) se me ocurrio empezar a escribir una nueva novela pero... no se si decirles..... mejor no si no les hago spoiler. Pero ustedes deciden si quieren que la suba. Pero subiria nada mas el prólogo y seria despues de terminar esta adpatación. Asi que dejen en los comentarios si quieren que la publique cuando acabe de adaptar esta novela. :)

Real life, Real love (segunda temporada de TPBL) Adaptación camren G!PWhere stories live. Discover now