Real life, Real love (segunda temporada de TPBL) Adaptación camren G!P

Capitulo 25 parte 1

La semana se pasó más lento de lo que cualquier otra semana se haya pasado antes, a mi parecer, pero al final de cuentas llegó el viernes.

Ally y América fueron a mi casa cuatro veces en la semana. Erandy y Johanna se escaparon del grupo una vez, pero les fue mal y no después ya no les dieron ganas de hacerlo de nuevo, así que sólo pudimos hablar con ellas por skype. Les conté a las chicas que los niños no eran hermanos de Lauren , sino mis hijos, porque me sentí realmente mal de ocultarlo. Ellas se vieron heridas un momento, por la mentira, pero después los sostuvieron y se les olvidó. Se burlaron de mí por tener a Edwaren, nunca pensaron que de verdad fuera a tener un cerdito de mascota, a pesar de que siempre les dije que tendría uno.

Las cuatro veces que me visitaron nos quedamos platicando por horas, hasta la madrugada. Les conté lo de la enfermedad, lo de la lista, lo de escaparme y luego lo menos creíble, mi regreso de la muerte. No se lo podían creer, no es como si yo me creyera si alguien más me lo contara, de todos modos.

Volver a estar con mis amigas de la secundaria, en Londres, jugando con mi cerdito y cuidando a mis hijos, fue como un golpe de felicidad nostálgica. Fue como darme cuenta de que, tenía todo lo que alguna vez quise, estaba bien conmigo misma y todo era genial. Y en las noches, acostada con Lauren, besándola hasta que me quedaba dormida, me di cuenta también de que ella era todo lo que iba a querer. Para siempre.

Aunque nosotros ya tuviéramos hijos y aunque yo la amara mucho, nunca me había puesto a pensar, seriamente, acerca de un "para siempre" con ella. Nunca me puse a pensar como sería cuando cumpliera unos treinta años y siguiera con ella y tuviera dos hijos de trece años, pero me encontré pensando en eso esta semana. Y me asustó igual que me gustó.

El viernes dejamos a Kimmo y Edwaren en una guardería para mascotas en el centro, después de que estuvimos de acuerdo de que no queríamos que volvieran a vender a Edwaren. Me hice amiga de la cuidadora para que me pasara fotos de ellos todos los días por mensaje, y dejamos a los niños con las tías de Lauren y su papá, en su antigua casa.

Cuando llegamos a casa después de dejar a nuestros cuatro hijos bajo cuidado, hicimos las maletas y nos besamos, anticipando lo que pasaría en la playa. Nunca nos habíamos besado de esa manera, ni siquiera nuestra primera vez. Fue crudo y hambriento, apasionado y fuerte. Fue un beso de dos personas que tienen sus bocas conocidas y familiares, y no tienen nada de vergüenza ni dudas. Terminamos desnudas, ambos, pero no tuvimos sexo, aunque sí algo parecido. Fue algo sinceramente raro y medio incomodo, pero intimo y hermoso al mismo tiempo. Nos exploramos y jugamos un poco, sin llegar hasta el final. Memoricé cada parte de la mujer a mi lado y ella hizo lo mismo conmigo, aunque suene aterrador y vergonzoso, dejé que hiciera lo que quiso con mi cuerpo, ella se aprovechó de eso, y a mí me gustó.

Todo fue una luna de miel, hasta que nos sentamos en nuestros lujosos asientos de primera fila en el avión y mientras esperábamos a que todos abordaran, vimos una cabeza roja acompañada de una rubia falsa. La entrada de esos dos personajes nos pusieron a los dos tensos por igual. Me asombró demasiado ver a Wes ahí, hasta que Lauren me explicó, enojado, que era hermano de la putona Hillary, y aunque me gustaría saludarlo, se sentó alejado de nosotros en la clase normal y eso me gustó, porque la vieja esa estaba alejada de nosotros también.

—¿Que tan patética tienes que ser para invitar a tu hermano a un viaje así? —me burlé de repente, y Lauren se rió conmigo.