Capitulo 11 parte 1

11.1K 481 19
                                    

—¡Lauren ! —exclamó Camila, sentándose en la camilla y mirándome preocupada. La miré un segundo como queriendo decirle que lo sentía por soltar aquello de que eran dos niños, bueno, no niños hombres, eso no lo sabía aun. Pero definitivamente tenia dos cosas bonitas ahí adentro. Pero mi estomago me traicionó de nuevo y volví a vomitar.

Ni siquiera podía recordar cuando había sido la ultima vez que vomité, creo que había sido en la primaria. Odiaba hacerlo.

—Lo siento —murmuré con voz ronca cuando dejé de vomitar. El piso era un asco y yo era un asco también.

—No te preocupes, te sorprenderías de cuan a menudo sucede esto —me tranquilizó la mujer y me sonrío mientras salía para decirle a alguien que entrara a limpiar. Suspiré y caminé hacia el baño para limpiarme la boca.

Cuando terminé, me quedé sóla mirándome en el espejo por un rato. Tomé varias respiraciones profundas antes de salir y enfrentarme a la realidad de que estaba a menos de tres meses de ser una madre, de dos bebés.

—Perdóname —le murmuré a Camila, llegando desde atrás con ella en la sala de espera y haciéndola saltar un poco del susto—. Fue por la sorpresa, se me salió.

—Está bien —suspiró y me sonrió. Me acerqué más y tomé su mano—. Siendo sincera, me moría por saber. Aunque… Wow, son dos. No puedo creerlo. Y mira, tomaron muchas bonitas fotos de ellos.


{}


—Lauren … —susurró enojada, como si no pudiera siquiera creer que yo fuera tan estúpida. Como si él no hubiera hecho la misma mierda estúpida que yo cuando tenía mi edad y se pasó las manos por la cara, totalmente frustrado— ¿Qué van a hacer ahora?

—Um, no sabemos —contestó Camila a mi lado, encogiéndose contra mí.

—Supongo que no irás a la universidad ¿Cierto? —preguntó, calmado pero molesto. Negué con la cabeza y suspiró— Entonces vas a tener que trabajar, hija.

Mi cara de horror debió ser muy obvia, porque sonrió por fin y negó con la cabeza. Después miró a Camila por un rato.

—¿Dos? —le preguntó de nuevo, como cuando le dijimos por primera vez. Estuvo preguntando “¿Dos?” como por una hora y después cayó en cuenta.

—Sí, dos.

Un niño y una niña. Theorendolph y Kimmosavy Styles.

¿No eran unos nombres grandiosos? Aun no le había dicho a Camila del nombre de la niña, porque sabía que no le va a gustar. No entendía porque no le gustó el nombre que elegí para nuestro hijo. Y lo mismo iba a pasar con el nombre de la niña, pero era un nombre hermoso y original, jamás encontraría en el mundo a otro tipo que se llamara así. Pero bueno, ella se lo perdía.

—¿En donde trabajaré? No se hacer nada —admití, Camila rió.

—Conmigo —respondió mi padre, encogiendo los hombros— conmigo tendrá que ser, porque no creo que lo consigas en ningún otro lugar.

—¿Y qué, exactamente, tendría que hacer? Ni siquiera sé de qué es tu empresa.

—Telecomunicaciones —contestó rápidamente, como si yo supiera que mierda era eso—. No vas a hacer nada muy importante, sólo hablar con algunas personas, ayudarme a hacer papeleo, no lo sé hija pero tienes que hacer algo. Ya no puedo estarte dando dinero por no hacer nada. Así que ahora te daré dinero por no hacer nada pero pretender que lo haces. Eso está bien ¿No?

—Sí, sí está bien —contesté, y reí.

Ese hombre seguía siendo un hijo de puta, pero un hijo de puta al que ahora yo apreciaba y que era duramente sincero, pero duramente gracioso también.

—¿Entonces, se van a quedar a vivir aquí como una familia, o irán a vivir a casa, o qué tienen planeado hacer? —preguntó mirando de Camila a mí. Ella se encogió de hombros y me miró para que respondiera, yo negué con la cabeza.

—Vamos a buscar una casa en estos días, cuando Camila aun se puede mover.

—Las mujeres embarazadas se pueden mover y caminar por ellas mismas todo el tiempo, sin importar cuan grade y mutante esté su estomago, ni cuantos bebés tenga ella dentro —se defendió ella, dándome una de sus ya conocidas miradas matadoras que me da cuando digo algo estúpido.

—Pero tú, como ya sabemos, no tienes mucha coordinación cerebro-piernas, mides un metro con cuarenta centímetros y en serio esa panza se ve demasiado grande en ti, parece que te vas a caer y vas a rodar por siempre.

—Demonios, Lauren —gruñó mi padre desde el sofá frente a nosotras, riendo y deshaciendo el nudo en su corbata—. Tú realmente no sabes como tratar a las chicas ¿cierto? Que manera de hablarle a tu novia.

—Sé como tratarla a ella y es todo lo que necesito saber.




{Camila}


Estuvimos platicando con el papá de Lauren como dos horas, arreglamos algunas cosas. El hecho de que el hombre estaría prácticamente pagando cualquier cosa que se nos ocurriera querer, cualquier cosa que nuestros hijos quisieran. Él lo pagaría todo y lo único que tenía que hacer Lauren sería ir a perder el tiempo a una oficina.

Sé que ellos nunca tuvieron una relación cálida y que prácticamente se odiaron desde hace unos años atrás y que gracias a, voy a decirlo con las palabras justas que me dio Lauren : "Gracias a que fuiste una desgraciada inconsciente sin sentimientos y decidiste violarme y dejarme abandonada, yo estaba tan jodida que realmente me acerqué con mi papá, le conté de ti y cuando menos lo pensé ya estábamos tomando y platicando de cosas profundas". Entonces, ahora ellos se llevan bien. Pero no como un padre y una hija deberían llevarse, porque Lauren es... Y Michael es... Bueno, ellos son iguales. Se pelean y luego se reconcilian y luego hablan como si fueran amigos. Aunque era mejor que estuvieran bien y amándose a su manera en lugar de estarse odiando.

Real life, Real love (segunda temporada de TPBL) Adaptación camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora