Parte 9

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Entre cada lagrima derramada, el frio inmerso que me consumía de la cabeza a los pies, el rechinar de la cama al ponerme encima de ella, los ruidos de las tejas chocantes unas entre otras, los murmullos entre las paredes completamente deslumbrantes, las manos heladas, los ojos ásperos, rojos encandilantes, pupilas totalmente desgastadas de la visión, labios secos estaba a punto de caer rendido en la almohada, hasta que Valeria llamo.

–Hola Erick! Como est No,no, no derrames una lagrima por alguien que no te valoro, no te dieron tu lugar y debes pensar diferente las cosas– Decía ella mientras intentaba calmarme.

–El amor nos toma de una de nuestras manos, mientras que la ruina toma la otra, bailando sin cesar nos dirigimos a la desdicha– Decía Erick.

–Erick no te digo que las cosas duelen, profundamente, es algo que no podemos cambiar, tienes que empezar a no dejarle todo al azar, el azar nunca tuvo remordimiento por nadie–

Es algo cierto, en algo Valeria tenía razón, aunque amaba con mi alma a María, dejé que las cosas se acabaran, pero siempre estuve al lado de ella en que necesitaba esos momentos. Sin embargo, no era para que hiciera lo que hizo, no hay una justa causa y decirme que no era lo que había visto.

A pesar de lo sucedido con María, el lunes de la semana siguiente trate de hablar con ella, el ambiente se sentía turbio en el instituto, la gente cada vez me conocía más entre los pasillos, las puertas eran los oídos de cada una de las aulas del instituto, las ventanas las frases conjugables que desesperadamente salían de cada una de ellas, los pupitres completamente rayados en cada esquina por las rotaciones de los educandos anteriores, las mismas rutinas a diario, se hacen las jordanas extenuantes y agotantes, propias de colegios privados, las metodologías antiguas, el tablero desgastado de tanta tiza, y un borrador con los pelos casi deslumbrados. Aunque había tecnología era casi nulo su uso, muy pocas veces se utilizaba, en el mundo de uso era algo que impulsaba a los estudiantes a descubrir nuevos orígenes de algo llamativo.

María se encontraba en el fondo del salón, en la esquina de la ventana charlando con su mejor amiga una tal Dina, no era de mucha importancia igual casi no compartía con ella mucho que digamos.

–Mmm Hola maría, ¿cómo estás? ¿podemos hablar a solas? – Decía yo, algo frustrado.

–Hola si, ¿claro, por qué no? –

–Quiero que me expliques ahora que los sumos están en su estado normal que ocurrió el jueves pasado con Daniel, ¿Por qué lo besaste? –

–Oye, en verdad no sucedió nada, no es nada malo, simplemente fue un beso de amigos–

–mira, no conozco muy bien tus intensiones, aun no son claras, están nubladas por los claros ejemplos que me diste ese día, no sé qué decirte. –

–Déjame mostrarte que mis intenciones en verdad son ciertas y duraderas me encantaría tener algo contigo. –

Acepte lo que mi corazón pedía a gritos, pero aun sabía que no podía confiar del todo en ella, la razón seguía aun persistente por delante de los sentimientos, era algo inefable, incontrolable que se salía de mis manos pero que posiblemente con el tiempo se iba desvaneciendo.

Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora