Al borde del abismo

Parte 10

No dejaba pensar en maría ni un instante, a veces los días se me hacían eternos, esas sensaciones de pálpitos en mi cuerpo que se transmitía por cada una de mis extremidades, me hicieron pensar que tal vez, debía pensar en algo que fuera único y que ella tuviera de mi parte.

Las partes de canciones no terminadas hasta el momento en mi cuarto era algo que esta creando hace tiempo para ella, un regalo en el cual me recordara, la letra aun sentía que no era la adecuada, pero era lo que surgió en el momento de la perdida y esa sensación de dolor ocasionada por la ruptura de ese jueves, las frases eran algo tal que así:

A veces me pregunto, que fue lo que sucedió. Si tanto nos quisimos por que todo termino, ambos nos esforzamos, pero nunca funcionó. Se abrieron las heridas que el tiempo no sano

La frase concordaba exactamente con ella, el pasado y el futuro incierto en el cual nos adentrábamos. A pesar de las intenciones de las demás personas de hacerme ver la realidad, era totalmente inútil, muchas de ellas decían que estar allí no valía la pena; Valeria en otra instancia, me dijo que no quería verme sufrir más, que pensara bien las cosas y eligiera lo mejor para mí.

Por otro lado, Valeria era una persona de muchos amigos, pero escogía muy bien a las personas con quien estar, Valeria comenzó a hablar con un amigo de mí mismo curso, Oliver era delgado, alto, con ideas un tanto alocadas, media en algunas ocasiones muy bien las circunstancias, era alguien en quien se podía confiar, utilizaba un tipo de ropa en específico, era su personalidad y su forma de ser algo peculiar. A Valeria le encantaba hablar de él, era algo en lo que ella hacia muy bien, se podía señalar como poco a poco Oliver se ganaba el afecto de Valeria. En realidad, a mi era algo que no me afectaba, al contrario, ayudaba a Valeria a poder entenderlo de una mejor forma al mismo tiempo, la molestaba en broma, debido a que era evidente que había un gusto de ella hacia él.