Al borde del abismo

Parte 14

Valeria no estaba pasando por un buen momento, aunque el ultimo mensaje que le envió a Oliver dijera lo contrario, la realidad era esquiva. Pensar el ¿Por qué?, ¿Cómo?, ¿Cuándo? Era algo que la dejaba sin trasfondo, sin anhelo ni esperanza, el remordimiento de no saber que hacer, la llevaba a la desesperación, a la duda y a la perdida de ella misma. Lo visto en ese momento, en el celular de ella, me llevo a preocuparme demasiado por ella, me acercaba poco a poco en busca de cuidado y afecto, cariño y protección. Cosas que ella tenia de sobra, sin embargo, por la busca de la felicidad de una persona, empezó a decaer.

Por otro lado, Erick, le encantaba estar con Valeria, era algo que disfrutaba mucho, verla sonreír era tanta riqueza de amor, y satisfacción en unas simples manos, las cuales quería que siempre tuviera por un largo tiempo.

Los dos nos queríamos bastante, éramos inseparables por decirlo así, hermanos de otras madres, y guías de nuestros propios pensamientos, hacíamos muchas cosas locas, nos divertíamos a pesar de lo que sucedió con maría. María ya no existía en mi mente, era un punto y fin a otro comienzo, y Valeria era ese nuevo comienzo, éramos tan unidos que había rutinas de charla, las rutinas eran de la siguiente manera:

A las 7:30am recorría los pasillos del instituto, pasando por grados novenos hasta llegar el grado de ella, hablábamos un poco, nos abrazábamos y yo regresaba a mi aula. A las 2:30pm era casi mi hora de llegada a mi hogar, sin embargo ella siempre llegaba a las 3, treinta minutos después que yo, cogía mi celular e insistía en hacer una llamada, ella aceptaba hacíamos llamada y la mayoría de las veces terminábamos a las 8:00pm, era algo estupendo y aunque muchas veces acortábamos el tema de conversación debido a la facilidad y la entereza que llevábamos en conocernos, las llamadas eran magnificas únicas y aunque para muchos suene insignificante, era algo que no se tiene con muchas personas.