Parte 13

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–Al momento de enviar el mensaje, espere unos cuantos momentos, a la llegada de una posible respuesta, pero Valeria solo me dijo unas cuantas palabras. – me decía Oliver en un tono de seguridad y satisfacción del momento, aunque con el cargo de culpa, de insatisfacción y olvido.

–Esta bien, entiendo. Muchas gracias por tu amistad. – mensaje enviado por Valeria a Oliver.

–¿Como una persona puede responder de una manera tan simple, tan natural un mensaje de una ruptura de amistad? – Me lo pregunte varias veces.

Es como si las cosas fueran cotidianas, dejar ir a alguien por tu salud y paz mental es algo normal, ¿pero? ¿lucharías por recuperar una persona? O ¿tu pensamiento descarrilado del juzgamiento hace que no lo hagas? Las actitudes de Oliver eran cada vez de una persona con poca experiencia juvenil, hacer lo posible por esfumar de la vista la imagen previa sobre el cual había de Valeria, era algo bastante fácil para Oliver. El cargo de desdicha y desosiego hacían que las reflexiones de consciencia sean nulas, y provocaba la eliminación total del número en el teléfono y los seguidores al mismo tiempo que seguidos de Instagram.

Paso una semana y no se sabia nada de Oliver, ni una palabra en la capa de la faz de la tierra hacia que la impaciente voz repercutiera de nuevo constantemente. Yo, por el contrario, seguía hablando con Valeria, sin embargo, pude percibir algunos cambios, cambios los cuales no eran muy comunes, ya que ella era una persona muy reservada, expresaba una alegría inmensa en una mente llena de dudas y preguntas las cuales ocasionaban un laberinto de problemas sin resolver y hacían que nada tuviera sentido.

Aunque estuviera en el aula de clases de mi curso, la mayoría de veces hacia salidas clandestinas una que otra elaborada otra simplemente sucedió, para poder ver a Valeria, a través del chat WhatsApp entrelazábamos conversaciones extenuantes, largas y duraderas, éramos totalmente inseparables, como unidos perfectamente a tierra. Preparábamos salidas e incluso encuentros un tanto estúpidos, pero magníficos, solo con la intención de vernos.

En una de esas salidas, tome su celular, tenia casi la contraseña de todo, ¿pero?... por que casi?, ella era una persona centrada, y aunque me brindaba libertad de algunas situaciones, esperaba el mejor momento para decirme otras. En la primera aplicación que se me ocurrió entrar fue galería, ni siquiera redes sociales, me encontré por cosas que quizás no debería de ver, pero era el momento oportuno de verlas.

Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora