Sakura y Syaoran estarán destinados a conocerse atravez del hilo rojo del destino, demostrando que las almas gemelas pueden llegar a encontrarse sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. Estirando, contrayendo o enredando aquel hilo sin lograr...
Después de haber salido del centro comercial con premura y falsa modestia hacia la familia de Syaoran, aparque en una privada a un costado del rió, me sentía un fugitivo y detestaba mentir, la verdad es que se me daba bastante mal y apostaba el pellejo a que su hermana se había dado cuenta perfectamente de mi mentira como si lo trajera escrita en la frente.
-Contesta Syaoran...vamos - Tamborilee los dedos con ansiedad sobre el capò del auto
El teléfono timbro una, dos, tres, siete veces y no recibía contestación, iba a ponerme los nervios de punta después de 9 intentos por contactarlo y nada, ni un miserable mensaje, este malagradecido cabeza dura siempre hacia lo que le placía y estando con Kinomoto no me extrañaba que se olvidara de las horas transcurrir en su reloj.
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-Hola...Eriol
-Al fin contestas ingrato - Bufe de inmediato
-Si, si, lo siento hermano, tenia el móvil en silencio.
Si claro, llevaba un buen rato llamándole sin parar como psicópata y todavía osa contestarme de esta forma, un momento...esperaba una respuesta mas alegre y por lo menos un toque de jubilo en su voz, algo iba mal.
-¡Hey! Que pasa con ese animo ¿no pudiste ver a Kinomoto?
-Si, esta aquí conmigo...
Conocía ese tono de voz, estaba evadiendo la platica, me sujete el puente de la nariz con fuerza y me concentre en darle el mensaje, no parecía un buen momento pero tenia que saber sobre el encuentro con su madre hacia un momento.
-Syaoran te llame mil veces, es importante, me encontré con tu madre y Fanren en el centro comercial, apenas logre quitármelas de encima. Puedo asegurar que tu hermana sospecha algo, tienes que hablar con ella . Les dije que te habías quedado ensayando con Dante y que nos veríamos mas tarde de nuevo.
-Genial, no te preocupes yo me las arreglo, tu sigue con el plan inicial, nos vemos el Domingo temprano en la central de autobuses.
-Syaoran...
-¿si?
-Por favor, cuida tu salud.
-Ya empiezas a sonar como mi madre, Hiraguizawa.
-Solo tenlo en cuenta, te llamo mas tarde cuando tenga los resultados de tus laboratorios. Salúdame a Sakura y diviértanse por mi.
-!Es un hecho! Adiós.
-Hasta pronto.
Cerre la tapa del móvil y me dispuse a mirar sobre el punte que daba hacia el rió, esperaba que Syaoran al fin pudiera sincerarse con Sakura y así liberarse del enorme peso que llevaba encima, pero si era honesto conmigo mismo lo que mas me preocupaba era otra cosa, mi insistencia en que se realizara los estudios radicaba en la platica que había tenido con mi padre una semana atrás acerca de su estado de salud, todo esto, después de haber sido descubierto en su biblioteca privada merodeando sin autorización.
