CATORCE

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Satoru usó la pared de la entrada de la escuela para esconderse de Juzo, el chofer de padre, que estaba ahí para llevarlo a Tokio a una reunión de la que no quería ser partícipe. Creía que durante su exilio en Hokkaido ninguno de sus padres le hablarían hasta que el ciclo escolar concluyera, o estuviera en peligro inminente de muerte. Ninguna de las dos cosas había ocurrido todavía.

Satoru asomó la cabeza por el borde de la pared para comprobar que Juzo seguía ahí, y se volvió a esconder detrás del muro en el mismo instante en el que el hombre se daba la vuelta. Cerró los ojos un momento y suspiró, planeando en lo que haría a continuación para evitarlo.

Cuando abrió los ojos de nuevo, Nanami iba pasando frente a él. Como siempre, Satoru no lo pensó dos veces antes de estirar su brazo, agarrarlo por las solapas y tirar de él hacia su cuerpo.

—¡Cambiemos de abrigo! —demandó mientras sus manos buscaban los botones.

Nanami forcejeó, pero él poseía cierta habilidad (no es que quisiera presumir), así que ya iba a mitad de los botones cuando el otro logró sostener sus muñecas y detenerlo. Intercambiaron una mirada, Satoru agradecido que su amigo parecía más sorprendido que enojado.

—El hombre feo y calvo de la esquina es el chofer de mi padre y yo no quiero ir a verlo —explicó.

Nanami le dio una mirada inescrutable, antes de asomarse, sin dejar de sostener sus manos, quizás para evitar que quisiera quitarle el abrigo de nuevo.

—Pues si está feo —admitió Nanami luego de asomarse.

—Te lo dije —Satoru le sonrió.

—¿Qué están haciendo? —preguntó Choso, estancado a algunos cuantos pasos de ellos. Satoru no lo conocía lo suficiente como para saber si estaba enfadado o sólo anonadado.

Nanami miró al recién llegado, luego a Satoru y entonces lo soltó, como si de la nada se estuviera quemando con las brasas ardientes.

—Intento esconderme de alguien —dijo Satoru—. Pero Nanami no quiere darme su abrigo.

—Te daré el mío —ofreció Choso—. Supongo que lo quieres por la capucha, ¿No?

Satoru asintió con la cabeza, e intercambiaron abrigos. Nanami incluso, tuvo la amabilidad de darle su gorro para que pudiera cubrir mejor su cabello blanco. Salieron de la escuela con aparente tranquilidad, cruzaron por la otra acera con tal de no toparse de frente con Juzo, sin embargo, apenas habían dado un par de pasos cuando el hombre gritó el nombre de Satoru.

—Hora del plan B —dijo Satoru sin detenerse.

—¿Cuál plan B? —preguntó Choso.

—¡Correr!

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Falling for U #1: Días de Enero [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Where stories live. Discover now