15. Que Sea Mi Condena

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Había pasado poco más de un día desde que Avdol se había marchado, llevándose a sus dos hijos con él, y Pol pasaba mucho tiempo en casa de Jotaro para no sentirse solo.

Ya que estaba un poco más calmado, le había explicado a todos que Avdol se había ido con Sherry porque, bueno, ellos no tenían mucho dinero. Pol seguía trabajando para completar lo que les faltaba para el pasaje a Francia.

Jotaro y Nori, por su parte, estaban preocupados por Jolyne. Ahora ella no quería salir de su cama, y de hecho ese día tampoco había ido a la escuela. Justamente fue esa tarde que decidió levantarse a comer en vez de pedir que le subieran la comida, y fue solo porque Pol había aparecido. Desgraciadamente, él apenas y sabía darles razones de su familia.

Pero había algo positivo entre todo. Esa mañana, se habían despertado con la noticia de que alguien había destrozado todas las patrullas de la policía a golpes, probablemente con un bate.

Jolyne, por supuesto, había sugerido que había sido obra de Yukako, pero Pol se negaba a creerlo, pues decía que no era posible porque "esa chica es demasiado dulce, hasta me llevó comida ayer porque sabía que estaba solo".

Después de comer, Jolyne se encontraba sentada en el sofá, usando una de las sudaderas que le había robado a Ermes. Quizás era por eso que Iggy estaba echado en su regazo.

—De verdad necesito que me ayudes— le decía Pol a Jotaro en la barra de la cocina —Tiene que haber alguien que compre Polnarefflandia, no quiero venderlo por partes

—Ni que fuera computadora vieja— respondió Jotaro —Y no necesitas vender, Avdol va a entrar en razón y van a regresar

—¿Tú sabes qué tan difícil es hacer que Muhammad cambie de opinión? ¡Mucho!

—Cálmate. Jotaro tiene razón— aseguró Nori —Solo necesitamos hacerle ver que...

—Nop. Le hice ver todas las ventajas y no me escuchó. Así que bueno... Yo le hago caso

—Pol, en serio— se quejó Jotaro —No puedes rendirte tan...

En eso, el celular de Polnareff comenzó a sonar. Todos lo miraron mientras sacaba el aparato de su bolsillo, los miró y dijo:

—¡Es él!— exclamó Pol

Incluso Iggy y Jolyne se levantaron del sofá, expectantes a las palabras de Pol.

Pues se quedaron con las ganas de saber que onda, porque él comenzó a hablar en francés.

—¿Qué? ¡No mames, habla español!— exigió Jotaro, siguiéndolo para saber qué decía

Polnareff no le hizo caso. Seguía hablando en un idioma que nadie más ahí entendía, pero se veía bastante exaltado.

—¡Pregúntele si ya le devolvió su celular a Ermes!— exclamó Jolyne

Amor EternoWhere stories live. Discover now