10. Labios ensangrentados

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Camine hacia donde estaba la mesa del rubio junto con sus demás amigos que se nota lo superficial que son con solo mirar su vestimenta.

- Tú ven afuera conmigo- lo reté sin miedo alguno.

Este me miró de arriba a abajo y sonrió como si fuera un payaso.

- ¿Quién es este y porque crees que puede hablarme?- señaló con superioridad.

Paliza es lo que te voy a dar a ti, borraré esa estúpida sonrisa de tus labios.

- ¿Quieres descubrirlo? Ven en dos minutos te espero afuera- le advertí antes de salir al patio.

El chico me siguió con su grupo llamando la atención y me miró nuevamente con curiosidad.

- ¿Quieres llamar la atención? Pues ya tienes mi atención, pero te advierto chico negro que si te coloco un dedo encima no podrás levantarte del suelo- me advirtió con seguridad mientras se quitaba sus anillos.

"Negro" casi se me olvidaba que estaba en una época donde mi color de piel es un tema controversial, pero espera aquí cariño y te doy una clase gratis.

Se ha comprobado que en la actualidad nadie ha alcanzado un tono de piel que llegue al estándar del tono negro o el blanco, aun cuando parezca difícil solo existen tonalidades café, morenas y canelas más oscuras que otras. Por tanto, no existen personas de raza blanca o negra.

Soy moreno y si fuera negro ¿Qué más da? Es un simple color de piel imbécil.

- ¿Te metiste con algún conserje en estos días?- cuestioné.

Si me voy a meter en problemas quiero que sea con el imbécil adecuado.

- No me digas...- hizo una pausa para reírse- Vienes aquí a defender al conserje que habla como retrasado- señaló con burla.

¿Retrasado? Acaso siquiera sabes lo que significa eso. Aprende imbécil y no te llenes la boca de estupideces que ni entiendes.

- Repite eso una vez más- le pedí mientras apretaba la parte que sujetaba a mis guantes.

Una vez más y cerraré tu boca con mi puño.

- Escuchaste muy bien lo que dije, no lo volveré a repetir porque me da flojera perder mi tiempo hablando de gente inservible- expuso con fastidio.

Me comencé a acercar a él y me moví dispuesto a golpearle el rostro, pero este fue más rápido y agarró mi brazo.

- No quería ensuciarme las manos con alguien tan...- me miró de arriba para abajo- Tan miserable como tú, pero ya que lo pides- intento golpearme, pero esta vez utilice mis piernas para golpearlo con fuerza en el oído con mi mano libre haciendo que se desplomara del dolor.

De inmediato los demás del grupo intentaron golpearme, pero era tan predecibles que solo basto con un par de patadas y un movimiento rápido para dislocarle los brazos a algunos.

Con eso volví a acercarme al rubio y agarre su cuello, lo apreté con fuerza y golpeé su rostro.

- ¿Ahora quien es el miserable?- le pregunté agarrado su nariz con fuerza.

Este se quejaba, no podía hablar porque con mi otra mano lo seguía ahogando.

Mi puño volvió a golpear su rostro esta vez asegurándome de romper su nariz.

- No te metas con mi padre nunca más o creeme que la próxima no solamente te romperé la nariz- lo amenacé apretando está aún sabiendo que estaba partida.

Estaba emocionado haciéndolo sufrir cuando de repente un fuerte dolor de cabeza aparece juntos con imágenes que me asegure hace mucho tiempo de olvidar.

AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora