AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)

40. El héroe de la historia

Alaia

Con Mike había acordado reunir a todos en el espacio donde entrenamos, más o menos en una hora, así que deje a Bradly sentarse para qué descansará, parecía muy agotado.

— Voy por los demás, no te mueras o intentes algo estúpido — lo amenacé.

Este ni siquiera me miró, así que me teletransporte para buscar primero a mi hermano y me lleve una sorpresa cuando vi que este estaba abrazando a Vincent mientras parecía dormir como bebe ¿De qué me perdí?

— Esto no es lo que parece yo...— trato de explicar Vincent asustado cuando noto mi presencia.

Levanté la ceja sorprendida al ver que mi hermano tenía sus manos metidas en la camisa del vampiro, es todo un travieso ¿Ahora también le van los hombres o solo es por la misión? Aunque no me molestaría la idea, se ve hasta tierno al lado de ese vampiro.

— Son amigos ¿No?— cuestione fingiendo que no sabía que entre ellos paso algo.

Con únicamente ver el cuerpo de mi hermano lleno de marcas sé que no solo hubo besos entre esos dos, además mi hermano nunca duerme, ni mucho menos abrazando a alguien.

— Si lo somos— admitió un poco más calmado intentando alejarse de Daimon para levantarse.

Le fue difícil, mi hermano lo tenía prácticamente obligado a quedarse de esa forma, nunca había visto que se aferrara a alguien así.

— Quédate así, no tienes por qué levantarte— le pedí.

Preferiría que descansará y se sintiera mejor. Desde hace un rato me siento mareada y cansada y supongo que así es como se siente él porque seguro fumo algo.

— Eres muy parecida a él — Exclamó sorprendido, sentándose, pero no alejándose por completo de mi hermano.

Claro que lo somos, gemelos idénticos, aunque mi hermano tiene mejor estilo y poco cerebro... Hablando de eso, ¿Fue el activo o el pasivo? En definitiva, el vampiro no parece pasivo aun cuando tenga un aire inocente.

— Lo sé, por cierto soy Alaia es un placer conocer a alguien que se aguante a ese tipo ¿Qué fumo esta vez?— pregunté mirando a todos lado y encontrándome un cigarrillo improvisado.

¿Cuándo entenderá que está mierda no le trae nada bueno?

— Soy Vincent, tu hermano me ha hablado de ti un poco— confesó sonriendo con timidez— Cosas buena, claro— me aclaro.

No tiene nada malo que hablar de mí, pero... ¿Daimon no habla de mí con nadie? Me protege mucho ¿Por qué le hablo a él de mí? No entiendo que pasa.

— Esto no huele bien ¿Sabe dónde lo consiguió?— olí la hierba y la esencia que desprendía no parecía normal.

Normalmente, solo fuma marihuana, pero esto no es marihuana, lo sé porque papá estudio todas las plantas que no son tan dañinas y solo le permitió a mi hermano fumar un poco hierba medicinal para la ansiedad, pero esto es algo diferente.

— No tengo ni idea, cuando llegue ya lo tenía, pero al parecer lo hizo sentir mal, estaba diciendo cosas sin sentido y se veía muy desorientado— me explico.

Sea lo que sea es mejor que lo tire de su sistema, cuando despierte lo delataré con papá porque es el único que puede controlarle ese vicio a Daimon. Esta es mi única opción, aun cuando ya no confió en él después de enterarme de que por su culpa nuestra vida ha sido tan mierda y que somos únicamente un experimento más de la organización.

— ¿Por qué se daña con eso?— pregunto Vincent.

Lo hace desde que tiene 14 años, por mi culpa desarrollo desórdenes con el sueño porque en el orfanato se obligaba a quedarse despierto para asegurarse que nadie me lastimará. Así que cuando nos adoptó Darius ya había traumas y problemas encima por todo lo que nos hicieron, tenía ansiedad, se autolastimaba y no dormía ni una hora, lo cual lo llevo a descompensar muchas áreas de su salud.