51. Pintura, desastre y pecadores

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Una semana después....

Alaia

Me miré al espejo, primero de frente y luego de lado, toque mi barriga y apreté con fuerza uno de sus pliegues.

— Doy asco— susurré apretando más mi piel sin importar que estuviera rasguñando mi piel con mis uñas.

Alguien agarro mis manos y detuvo que me siguiera lastimando, era mi padre.

— Cariño— Darius agarro mis manos y acarició estás como si quisiera calmar el temblor — Ignora las voces— me pidió entendiendo lo que sucedía conmigo.

Todo el tiempo hay voces en mi cabeza, que me dice que estoy horrible, que estoy como una cerda y...no lo puedo parar.

— Papá, no quiero espejos— susurré antes de esconder mi rostro en su pecho para evitar ver mi reflejo.

Odio lo que veo, me odio.

— Lo sacaré ahora mismo, pero recuerda cariño— hizo que levantará la cabeza— Eres la mejor creación— dejo un beso en mi frente antes de separarse de mí y agarrar un bolso que estaba en la entrada.

Lo abrió y de inmediato se asomó el hocico de un perro pequeño de color negro.

— ¡Toby!— grité emocionada y mi perro salto a mis brazos.

Me asusté al pensar que no lo atraparía, pero lo hice, este me lleno el rostro con saliva y se acurrucó en mi pecho.

— Lo necesitas, él cuidará de ti cuando yo no este— señaló.

Abrace de forma impulsiva a mi padre, estoy mal lo sé, debería odiarlo porque por su culpa no vivimos la vida que nuestra madre tenía para ofrecernos, pero... A su manera siempre está ahí. En momentos como este quiero fingir que él no nos alejó de nuestra madre, más bien ella nos abandonó y Darius es el bueno, quiero creer eso porque la verdad me duele.

— Papá, hay algo que tengo que hablar contigo— lo dije, luego de separarme un poco de él para que viera mis labios.

Camine hacia la caja donde Daimon y yo guardamos nuestros medicamentos, yo he dejado algunos de mis medicamentos y por eso me he sentido mal en mucho sentido sobre mi misma, pero Daimon obligatoriamente no puede descuidarse con ellos.

— Las tabletas están completa... ¿No ha tomado sus medicamentos desde que llegamos?— exclamó mi padre alarmado.

Negué, ayer noté eso, han pasado tantas cosas que deje pasar ese detalle y es un grave error de mi parte.

— La última vez Daimon hizo cosas muy malas, papá, tengo miedo— abracé a mi perro sintiendo que la ansiedad volvía.

Es mi culpa que él sea así, desde pequeño recibió lo peor de todo, para no verme llorar y ahora es un monstruo... Hace cosas que lastiman a inocentes.

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Phillips

Han pasado una semana muy rápido, Alaia se metió en problemas por culpa de lo que le sucedió a Mike, Ágatha la regaño de una forma muy fuerte y cruel delante de nosotros y le advirtió que si volvía hacerla quedar mal se iría del internado.

— ¿Crees que ellos podrán con la misión?— exclamó Alaia mientras se acercaba a mí, se veía muy preocupada y estresada con todo últimamente, pero parecía controlar un poco más sus emociones gracias al pequeño perro que tenía en brazos.

Alaia me dejó a cargo del análisis visual del entrenamiento, tengo que anotar todo lo que suceda, errores, mejoras y posibles estrategias. Todo para generar a nivel estadístico su eficiencia y nivel de fracaso o éxito en la misión que viene.

AMOR ESCRITO CON SANGRE (PRIMER LIBRO DE LA SAGA AES)Where stories live. Discover now