132 - IV - Enviciado de Poder

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Hola! Siento raro publicar después de una espera corta xD. Como sea, prometí que iba a publicar el capítulo que sigue pronto y aquí lo tengo. Muchas gracias por sus reviews que me dan ánimos a seguir :) El otro día estuve recorriendo fanfiction y noté que hay muchos fanfics que no sé por qué son populares, pero lo son. Digo esto porque aquí en Wattpad hay muchas historias que merecen la pena ser leídas por su gran capacidad narrativa de contar una historia, pero no han sido aún descubiertas. Por lo tanto, este capítuo es especial, porque quise sacarle provecho a toda la capacidad narrativa posible, no hay mucho diálogo en este capítulo. La narración es tan importante como la trama, y gracias a ella la imaginación del lector puede evocar emociones que no muchas historias logran hacer. Hay que sacarle provecha a la narración, a la imaginación, a la historia, a las palabras. Espero lo disfruten.

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Un golpeteo incesante llegaba hasta sus oídos. Al principio, no sabía distinguir si se trataba de las crepitaciones producidas por los pasos que se hundían en la nieve al avanzar, el susurro del viento que se escurría por entre un camino descendente y estrecho, el castañeo de los dientes que se iban desgastando entre más frío penetraba en el cuerpo de los presentes o el temblor de las manos de aquel sujeto que sólo estaba concentrado en un solo momento que le erizó mucho más los bellos de punta que el propio frío de la tormenta de nieve sobre el alba del tercer día.

Aunque sus ojos estaban fijos sobre el camino en el que venían él y un pelotón más de jugadores detrás suyo, la imagen que su cabeza dibujaba era mucho más intensa que su propia vista, quedándose totalmente a disposición de lo que su imaginación le dijera. No sólo su vista había sido traicionada por su propia mente, sino que su sentido del oído escuchaba el eco del rasgar de los órganos frescos y su sentido del olfato aún podía oler la sangre que goteaba del cuerpo decapitado. El Nidoking se regocijaba en un festín de lo que había sido uno de los miles de jugadores que no habían durado siquiera un día después del anuncio de que esto era su nueva realidad. Uno de los jugadores desafortunados que había sufrido un destino fatal, pero peor era el destino de quien pudo presenciar dichos horrores, y peor aún, de quien los presenció conociendo a la persona en cuestión. El testigo recordaba cómo Astrid yacía con los ojos inertes y la cabeza decapitada.

Gritos no de horror por parte de la chica rubia decapitada, sino ecos desgarradores de desesperación por parte del testigo al ver la causa perdida por la que estaba luchando. Una causa que después de todo lo que pasó para fundar el gremio Mega, comenzó a tener sentido; sin embargo, las alucinaciones eran cada vez peor. Él lo sabía. Por eso su mal genio; por eso la seriedad de esta misión. Por eso, el énfasis en que debían hacer todo lo posible para regresar a la Fortaleza Catarata sin las manos vacías. Las alucinaciones crecían exponencialmente y él comenzaba a sufrir las consecuencias, así como un dolor intenso que resentía su cuerpo físico. Sueños que se tornaban en pesadillas, el punzar de dolores que lo sacaban fuera de sus casillas, preocupaciones internas de saber cuánto tiempo le quedaba. Incluso ahí, en la isla Koori, a cuestas del lago central que estaba ya a la vista y a unos kilómetros cerca, las alucinaciones gobernaban con mayor intensidad que la propia realidad virtual en la que se encontraba. Incluso, el dolor que sentía sobre su cuerpo era mucho mayor que el dolor que había pasado las dos noches anteriores batallando contra una tormenta de nieve que se había desatado en la isla. Dos noches en las que el frío fue el peor rival tanto de los aliados como de los enemigos. No hubo actividad importante más que buscar sobrevivientes. Sin embargo, su dolor de cabeza y las alucinaciones eran tan intensas, que buscó alguna excusa para descansar y la tormenta de nieve fue la justificación perfecta a un dolor que no quería que los demás notaran. Sin embargo, Manon sabía lo que él sufría.

— Alain...

Al ser interrumpido por la voz de Manon, las alucinaciones desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Entonces, se dio cuenta de que mientras bajaban la cordillera de la isla, el lago estaba mucho más claro a la luz del amanecer. Pero Manon no le llamaba porque se preocupaba por las alucinaciones y el dolor que tenía, sino porque en el centro del lago había un pequeño islote cubierto de nieve, habitado por personas que parecían estar esperándolos.

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