111 - IV - Natural Armonía Gropius

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¡Hola! Lamento la tardanza. Tuve mi examen de ingreso a la universidad y estudié como vil nerd. Ahora que estoy más libre, posteo el capítulo. Dicho capítulo es más corto de lo esperado, pero revela un pasado que hace tiempo quería contar, y con el título sabrán de quién se trata y las intenciones que tiene. Sin más, nos vemos en la próxima que será pronto. ¡Muchas gracias por los comentarios!

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Red

Ella sonreía.

No podía decir si era la magia con la que irradiaba su sonrisa la que me hacía olvidar los males y las preocupaciones, o si simplemente tenía algún as bajo la manga con el que pudiera saber que esa simple sonrisa era una debilidad para mí. De todas formas, intentaba tener un sentido del humor más cómico del que solía tener, simplemente para hacerla reír. No me costó trabajo, porque hablábamos de cualquier cosa y a veces ella sacaba su magia para sonreír, lo cual me tenía pasmado y sin palabras.

La cita había sido buena, o en ese momento estaba siendo buena. Lo único malo de ella, es que a Yellow se le había ocurrido invitar a Blue y Green como parte de esta salida, lo cual además de incómodo, era algo que no podía concebir porque yo sólo quería momentos a solas con ella. ¿Qué necesidad de que ellos dos nos acompañaran? Y lo peor de todo, Green no era de mi confianza absoluta ni él la tenía conmigo. Así, las incomodidades salían a flote cada vez que Blue hacía algún comentario para entrometerse en nuestra conversación privada.

No habíamos salido de la Fortaleza Catarata, para la seguridad de todos. A pesar de que ellos habían salido desde días antes en su expedición por la búsqueda de un Satoshi muerto, Alain había ordenado que, por el momento, mientras las cosas se calmaban con las megapiedras robadas ya en nuestra posición, nadie podía salir. Los únicos tripulantes que habían estado fuera eran la Fénix Dorada y su nuevo novio, además de la gente encargada del comercio. Me hubiera gustado salir y enseñarle a Yellow los lugares secretos que he descubierto en los lugares más recónditos de PBO, pero este gremio me limitaba a muchas cosas. Además, esto se estaba volviendo aburrido con el simpe hecho de caminar por el pueblo y con estos dos sujetos acompañándonos.

— Tengo una idea —mencioné de repente, lo que sorprendió a Yellow— ¿Por qué no hacemos esta cita más interesante?

— ¿Qué quieres decir?

Blue y Green también se habían sorprendido. De un momento a otro, volteé a ver a Yellow de una manera traviesa, y ella sonrió, aunque con un poco de miedo. Nos dirigimos a un bote en el puerto del pueblo que estaba a punto de zarpar para traer mercancía; Yellow entonces supo que quería que saliéramos de la fortaleza sin el permiso de Alain, a lo que declinó.

— Venga, será divertido —insistí. Ya había convencido al navegante que yo me encargaría de traer las cajas de tomates que se le habían encargado con una bolsa pesada de pokemonedas de plata, por lo que no había problema en entrar al bote y zarpar— Será interesante y una gran cita.

Green refunfuñó, y negó la propuesta. Blue estaba dispuesta, pero ésta siguió a Green, que había huido de ahí con aires de desconfianza. Tan sólo quedaba Yellow, y era ahora mi oportunidad de que ambos quedáramos solos. Le tendí una mano desde la cubierta del bote, y sólo esperé a que ella la agarrara para poder zarpar. De nuevo, su sonrisa me cautivó y tomó mi mano, lo que confirmó que esta cita se pondría más interesante.

Después de haber cruzado por debajo del océano gracias a un incansable Manaphy que iba de un lugar a otro, por fin pudimos zarpar discretamente en el puerto Lotad, donde había unos cuantos botes anclados. Bajé junto con Yellow, y de nuevo le extendí mi brazo para que se agarrara de él, ya que mi plan era teletransportarnos hacia un lugar que ella no conocería.

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