78- III - La ejecución

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Hola, como prometí aquí está la actualización de hoy :) Sin más, espero que disfruten de este increíble y emocionante capítulo. Se viene lo bueno. Muchas gracias a todos.

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Gary

La luz se colaba como fugitiva por los huecos de los torreones; dentro de ellos, colosales campanas se agitaban de un lado a otro, tintineando su cascabel hasta que retumbaban en mis oídos. El eco parecía no dejar de parar, resonando una y otra vez, mientras varias parvadas de Pokemon salían disparadas hacia cualquier lado con tal de que el sonido no estuviera rodeándolos. Y mientras las campanas retumbaban, el resplandor que irradiaba desde la luz iba de un lado a otro, iluminando mi túnica ennegrecida.

Al otro lado podía apreciarse un sonido parecido al de una muchedumbre. Sabía que no sólo ellos me esperaban, sino los cuatro grandes. Sí, los cuatro jugadores más poderosos de Pokemon Battle Online yacían al final de los enésimos peldaños de mármol oscuro que tenía delante.

Las torres se alzaban en medio de un largo pasillo al aire libre, éste también pulido de un mármol resbaladizo. Sin embargo, estas torres ocultaban cualquier rasgo de luz y por ende, el pasillo era oscuro, frío y solitario, excepto por el retumbante eco de las campanas y las parvadas revoloteando allá arriba hacia cualquier dirección. Más allá, un paisaje lleno de cielo y nubes se extendía hasta donde la vista podía apreciar; sin embargo, parecía que abundaban más aquellos peldaños que cualquier otra cosa, puesto que eran interminables; parecían infinitos, a pesar de que mi destino se encontraba ahí mismo.

Debía hacerlo. Ahí estaba mi objetivo; ahí se encontraba el jugador al cual necesitaba asesinar. Si tuviese alguna otra opción, con gusto podría tomarla en lugar de aquello. Pero no había alternativa: éste era mi destino.

Sin nada más que recriminar, empecé a subir los escalones con pasos lentos.

Los gritos del público que ocultaba el gran pasillo ascendente me hacían pensar que muchos novatos se encontraban presenciando la futura ejecución de tres personajes. Tres personajes que tendrán una muerte inevitable. Nadie podía salvarlos ahora, y nada podía evitar que murieran aquí. Y peor aún, debía ser yo el que terminara con sus miserables vidas, pero qué más daba. El destino a veces es cruel.

Los peldaños fueron incesantes hasta que finalmente vi la luz del astro rey atravesar la cima; al voltear atrás, estaba a una distancia considerable del suelo, y las torres parecían diminutas en comparación a mí; las campanadas resonaban apenas por mis oídos, pero entonces vi más allá de los torreones: El pasillo se extendía mucho más de lo que creía, con dos torres en cada lado siguiendo el patrón de distancias considerables; ambas poseían una campana, que de igual manera, sonaban sin cesar. Lo que me sorprendía era que gran pasillo de mármol extenso y sumamente solitario, rebasaba los límites de la isla, hasta convertirse en un puente con una pendiente descendente. El final de éste eran más leguas del mismo mármol hasta donde los ojos podían apreciar.

Cuando regresé la cabeza hacia el frente, subí los últimos peldaños, y una oleada de gritos se hizo presente. Frente a mí había cuatro tronos que me daban la espalda:

El primero de ellos poseía incrustaciones de rubí, así como adornos de oro que daban la forma del cuerpo de un dragón; el respaldo de éste se extendía como alas de dragón siniestras, pero con resplandecientes haces de luz dorada y carmesí. Los brazos del trono escarlata eran brazos voluminosos y encorvados donde al final, un tercio de garras se suspendían en el aire. Y no sólo las alas poseían ese tono siniestro, sino que la cabeza de dragón, que era el punto más alto del trono, así como esos orbes siniestros que dedicaban miradas gélidas a todo el público, hacían más hermoso y más intimidante aquel trono. Ahí mismo, Lance se situaba con su armadura color roja vino. En un brazo mantenía su Hueso de Dragón, tan alto como el trono y tan resplandeciente como las nubes del firmamento. En la otra, su espada yacía envainada, posando y recargándose a un costado del trono; el jugador poseía su casco de Dragón escarlata, por lo que parecía más un dragón de acero que un humano.

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