117 - IV - Mega Coraje

79 5 0
                                    

¡Hola! Espero el capítulo pasada les haya gustado; particularmente se me hace interesante el pasado de Alain y cómo llegó a ser parte de lo que ahora es. Sin  más, que disfruten de la continuación y sólo pido paciencia... ¡Nos leemos y gracias por todas las visitas y los comentarios!

_________________________________

Megafusión...

Ciertamente era algo que a Alain le sorprendió demasiado, ya que jamás había pensado que un poder así fuese a existir dentro de PBO. No lo había visto nunca, pero quería saber más acerca de ello; sin embargo, como era la única información que había encontrado a lo largo de toda la noche, sabía que no había nada más que hacer. Ahora, lo siguiente era ir con A.Z, robarle la piedra activadora y experimentar esa megaevolución en su Charizard; simple y sencillo, pero también difícil debido a que tenía que deshacerse de Manon.

El chico suspiró una vez que vio a la pelirroja descansar apaciblemente encima de una pequeña pila de libros. La lámpara de aceite estaba a punto de extinguirse, y la tormenta que había allá afuera había cesar por completo, dejando rastros de una briza fría y solitaria.

Alain cargó como pudo a Manon, envolviendo sus manos sobre su cintura de forma que la cabeza de Manon estuviese recargada sobre el pecho de Alain. Entonces, el chico sin mucha fuerza, pero sigilosamente salió de la biblioteca y se dirigió de nuevo al pueblo donde Manon tenía su humilde residencia.

Cuando ambos habían llegado, Charizard salió repentinamente de su pokébola, con un bostezo enorme que indicó el cansancio de no haber hecho prácticamente nada en el día. Se adueñó de un pequeño sofá que estaba a un lado, y entonces Alain depositó a Manon en la cama apaciblemente para que ésta no despertara. De pronto, la vista de Alain se posó sobre los pechos de Manon; el regazo de Manon era blanquecino, suave y cálido, y con un par de pecas que invadían los bordes iniciales de sus bustos. Alain de pronto se sonrojó, sabiendo que no tenía que haber visto ahí desde un principio. No obstante, cuando volteó de nuevo al ver el rostro apacible de Manon, su mirada estaba bastante cerca de la de él, sus labios cerrados atraían poco a poco a Alain, y el muchacho no sabía lo que estaba haciendo. Cuando quiso acercarse más para indicarle que le quería, éste se apartó de repente y suspiró. La imagen de Astrid llegó a su mente, y quiso sacarse todo este revoltijo de sentimientos encontrados que tenía.

Antes de que pudiera explotar sin saber qué hacer, tuvo la determinación de salir de la humilde casucha, no sin antes dedicarle una última mirada a Manon y regresando de nuevo a su pokébola al Charizard perezoso. Era hora de robar algo que le pertenecía a A.Z.

Antes de que Alain se pudiera dar cuenta, el chico ya se encontraba rodeado de nieve, ventisca y subiendo de nuevo las faldas de la cordillera Snowpoint. Esta vez, había comprado antes el equipo necesario y las ropas adecuadas para no congelarse como la vez pasada, por lo que le fue mucho más fácil escalar gracias al arnés que tenía colgado en la cintura y la pica que iba clavándose en las fisuras de los muros imposibles a escalar sin equipo. El sol se iba ocultando poco a poco entre las nubes y entre una especie de densa neblina blanquecina, hasta que la luz se fue debilitando y dejó su paso a la noche. A la hora del crepúsculo, Alain ya estaba en aquel lugar que tanto trabajo le costó encontrar de nuevo: la cabaña de A.Z.

Primero se cercioró de que no hubiera nadie en casa; aunque era noche, la chimenea había estado encendida debido al hilo de humo que salía desde la rejilla. Caminó lentamente, dejando rastros de huellas en la nieve y en medio de una pequeña ventisca que le revoloteaba los cabellos, pero que podía soportar debido al abrigo de piel de Mightyena que tenía puesto. Una vez que se asomó sigilosamente por la ventana, se dio cuenta de que la chimenea solamente había estado prendida y estaba a punto de consumirse; el equipo de alpinismo que había estado amontonado en una esquina no se encontraba, por lo que Alain supuso que A.Z se encontraba fuera. Entonces, se dirigió a la puerta no sin antes echarle un último vistazo al paisaje de las cordilleras.

Pokemon Battle OnlineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora