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Se levantó, sintiendo como su boca se llena de saliva, eso solo indica que está a poco de vomitar, dió una mirada rápida a la habitación, la leve luz de la madrugada que pasa por los ventanales, reconoce el lugar. Es el hotel que administra takemichi, ya que Kazutora se volvió el CEO de la empresa hotelera. Está en la suite presidencial y necesita con urgencia llegar al baño.

Corrió lo que su pesado y mareado cuerpo le permite a la puerta del baño, antes de caer de rodillas, vomitando lo poco que a comido, siente dolorosas arcadas que quieren expulsar más cosas de su estómago, cosa que no hay.
Solo le queda vomitar bilis y saliva, en definitiva se intoxico de alcohol.

Se lo merece.

Alguien agarra sus cabello, peinandolos antes de sostenerlos con una mano evitando que se ensucien. La suaves caricias en su espalda, eso le dió algo de comfort, Mitsuya está haciendo un gran trabajo como su mano derecha mientras Draken está tomando sus "vacaciones"

—Lo siento, hoy tenias que volver con Mana y Luna— pidió disculpas, mientras se abraza al water.—Prometo darte dos días de descansó— balbuceo antes de hacer sonidos de arcadas, para vomitar.—¿Quieres una cena para ti y hakkai como disculpa?— al no recibir respuesta, se le hizo raro.— ¿Estás enojado?— Draken prefirió estar callado, sintiéndo angustia al ver cómo la contraria sufre, escucha su voz quebrada, supone que el golpe de su diafragma es demasiado fuerte para su delicado estómago, hinchado por el alcohol.— me muero de sed ¿Podrías traer agua? Volveré a la cama por mi misma.

La soltó, caminando hasta la isla de la suite presidencial buscando botellas de agua, tomo una y volvió a la habitación pudo observar a Manjiro intentar torpemente volver a la cama, todavía sigue bajo los defectos del alcohol.

—estas siendo demasiado descuidada— la ceniza miro hasta donde venía la voz, quedando muy sorprendida. Soltó algunas risas que desubicó al más alto.

—Los efectos de la drogas si que son alucinantes

—¿estas tomando Drogas?— se acerco para tomarla del rostro, mirando sus ojos buscando ver la pupila dilatada para saber si estaba drogada o no.—oye

Mikey solo cerro los ojos disfrutando de la calidez, las manos grandes de su vice comandante son como una terapia de relajación para ella. Alzó sus brazos para pasarlas por el cuerpo del más grande, atrapando al más alto en un abrazo necesitado, a pesar de que el mundo de vueltas se siente bien tras esa muestra de afectó.

—Duerme conmigo Ken-chin de las alucinaciones— Suspiro ante el pedido, acomodo su cuerpo con torpeza, para poner a la contraria entre las sábanas, parecía tener un koala entre sus brazos. No negara que extraño, tocarla, verla, hasta escucharla. Estuvo así un rato, repartiendo caricias mientras los ojos color negro onix, lo miran con adoración, antes de cerrarse lentamente para comenzar a dormirtar. —te amo Ken-chin

—Eso no es justo— susurro al verla quedarse dormida por completo. Se tapo el rostro con una mano sintiendo frustración, por su situación, por la forma en la que ambos dependen mutuamente del otro. Deseaba soltar un te amo de vuelta, con sinceridad, demostrando que sus sentimientos no han menguado, están creciendo.

Su principal preocupación debería ser, salir de la habitación antes que recupere sus cinco sentidos, que pueda verlo y comienze a recriminarle el haberla dejado un mes entero pero, apresado en un abrazo posesivo, usándolo como una almohada, se ve imposible el salir sin despertarla nuevamente.

La observa, su rostro delicado, la forma en la que arruga la boca disgustada de algo dentro de sus sueños, su mano delinea los labios recordando la sensación de haber saboreado esos afelpados pliegues, la sensación que provoca el rose de la piel de Mikey, solo hace que se vuelva adicto.

¿Estaría mal besarla mientras duerme? ¿Tocarla? ¿estaría nuevamente abusando de su confianza? como la primera vez.
No había límite, ya no sabe que es lo correcto cuando la tiene cerca, eso es uno de los tantos factores por los que se fué, no puede controlar el intenso deseo que lo engulle cuando la tiene a su lado, una bestia incapaz de saciarse con una caricia, por qué necesita más.

Pasa su mano por la cintura de Manjiro, pegandola más a su cuerpo, siendo posesivo, algo dentro de él también dice a diestra y siniestra que es un sueño, uno de los tantos que ha tenido todo ese tiempo queriendo tener a la ceniza entre sus brazos para jamás dejarla ir nuevamente.

El sueño le estaba ganando, seguir velando por sus sueños está un tanto complicado cuando sus párpados se sienten pesados, una vez que caen, necesita todas sus fuerzas para volver a subir, la calma que trasmite la dulce manera de dormir de Mikey, lo está hechizando para también ceder y dejarse rodear por el agradable olor de su colonia, esa suave escencia a moras silvestres, resulta ser más efectiva que una canción de cuna.

—Emma lo siento — Mikey soño con la promesa que Emma le hizo hacer, la manera desgarrada y cruel de que la otra implicó algo tan duro en pocas palabras.  "Si me amas, prométeme que jamás te enamorarás de Draken, prométeme que jamás dejarás que se enamore de tí, prométeme que lo rechazaras por mí"—Perdoname

Draken comienza a acostumbrarse que Mikey hablé entre sueños, paso sus manos por sus ojos limpiando las lágrimas que salían de esta. Sintiéndose mal por no saber que sucedía, estaba en nada.

Sabía que Emma era cruel, por no pensar en los sentimientos de Mikey, en cambio Manjiro era inocente por querer su felicidad por sobre la de ella, un incrusijada jodida, y él, la manzana de lo que parece ser, la discordia.

Mañana será un día pesado, se enfrentará a Manjiro en sus 5 sentidos, despierta, reacia a mirarlo al rostro por qué cuando fue a la casa de los Sano a mitad del mes, sintiendo que no podía más sin ver a su mejor amiga, Emma había abierto la puerta para decirle que Mikey no quería verlo, que lo odia y que le pateara el trasero si se vuelve aparecer en su hogar.

Ella ni siquiera permitió que entrara a explicarle las cosas simplemente le cerró la puerta en la cara. No sabe si lo hizo a propósito, o realmente le hizo caso a las palabras que mikey dijo aunque, ella jamás diría cosas como esas, por que Mikey depende de él, como él de ella.

APPETENCE •°Drakey°• Onde histórias criam vida. Descubra agora