CAPÍTULO 16

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Habían pasado unos meses desde que nuestros hijos habían vuelto a Hogwarts. Los gemelos fueron seleccionados en Gryffindor junto a Lily y Mateo y estaban muy contentos.

Los chicos nos mandaban cartas cada domingo como les había pedido Hermione al principio de curso y al parecer todo les iba bien. Con bastante frecuencia llegaban cartas de la profesora Macgonagall con cosas que había hecho Sirius con Albus y Scorpius. Desde luego, pareció que los merodeadores se habían reencarnado en ese trío de Slytherins y llevaban a la profesora de cabeza por todos los líos en los que se metían.

Todo iba bien, todo... todo menos... mi relación con Hermione. Desde hacía un mes o así las cosas no iban del todo bien. Solíamos discutir muchísimas veces y por cosas que eran una tontería.

Esta mañana habíamos vuelto a discutir porque no pude ir ayer a cenar con sus padres porque me salió un caso nuevo y no podía dejárselo a otro auror y le avisé a última hora. Hermione fue sola a casa de mis suegros y por la noche cuando llegué ella ya estaba dormida. Aunque sabía que estaba muy cabreada conmigo sin necesidad de hablar.

Flashback

Me desperté por la mañana y al girarme el espacio de Hermione en la cama está vacío. Me puse una sudadera y bajé a la cocina donde estaba la castaña bebiendo café.

̶ Buenos días ̶ le saludé y no respondió ̶ ¿Hermione? ̶ la llamé, pero nada ̶ ¿no vas a hablarme?

̶ ¿Qué quieres que te diga? ̶ preguntó molesta.

̶ Saludarme al menos, no lo sé ̶ contesté seria ̶ escucha, ayer te dije que lo sentía, no es culpa mía que me llamen.

̶ Por Merlín Aria, eres la jefa del departamento, podías enviar a alguien ̶ me reprochó ̶ ayer no fuiste a la cena porque no quisiste.

̶ Eso no es verdad ̶ contradije empezando a molestarme ̶ sabes que me encanta ver a tus padres y estar con ellos pero el caso que me salió no podía enviar a nadie.

̶ ¿En serio? ̶ preguntó riendo falsamente ̶ ¿y qué era tan importante como para que tuviera que ir la GRAN jefa del departamento? ̶ preguntó con mucho sarcasmo.

̶ No te pases Hermione, cuida ese tono conmigo ̶ advertí molesta ̶ y para tu información, son casos confidenciales que no le puedo ir diciendo a quién yo quiera, ni siquiera a la GRAN ministra de magia ̶ utilicé también el sarcasmo como ella lo había hecho.

̶ Es la 3ª vez que cancelas una cena con mis padres ̶ comentó ̶ ya ni sé que excusas ponerles.

̶ ¡Te lo estoy diciendo Hermione! ̶ exclamé cansada ̶ ¡es el maldito trabajo! ¿Te recuerdo quién se pega horas en su despacho también y vuelve a casa a las tantas de la noche? ¡Tú!

̶ ¡Sabes perfectamente lo que significa ser ministra de magia! ̶ me reprochó ̶ ¡sabes que muchos días tengo que quedarme a terminar todo el papeleo que me llega! 

̶ ¡A mí también me pasa a veces Hermione! ̶ le recordé ̶ ¡también me llega papeleo o casos a los que no puede ir nadie más! Sin embargo, cuando tú te quedas en la oficina hasta las 2 de la mañana yo no te reprocho nada.

̶ ¡¿Qué no lo haces?! ̶ preguntó Hermione riendo falsamente ̶ ¡llevas haciéndolo desde hace mucho tiempo!

̶  ¡Deja de gritar Hermione! ̶ le pedí tratando de no decir nada de lo que me pudiera arrepentir después.

̶ ¡Por Merlín! ¡Contigo es imposible hablar! ̶ exclamó enfadada y salió por la cocina.

̶ ¡¿En serio solo soy yo la que grito en esta casa?! ̶ pregunté en voz alta para que me escuchara pero Hermione no contestó, tan solo escuché la puerta de nuestra habitación cerrarse de mala manera ̶ esto es increíble.

No me importa la sangre (2ª parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora